Qué tristeza leer a un servidor público que se dice tener calidad moral, valores y principios, que se siente empoderado por ser “funcionario público” y así difamar y criticar sin darse cuenta de que la oportunidad que pidió, la perdió por él mismo, por su incapacidad y por querer aparentar lo que no fue. Y que cobarde culpar a otros de su mal trabajo ya que no consiguió la continuidad, esa continuidad que perdió por no aportar nada a Acapulco.

Viva los funcionarios que si trabajan, que se esfuerzan, que dan resultados y que se ganaron el lugar para seguir trabajando por sus buenos resultados y no aquellos que culpan a otros ( prensa, prestadores de servicios, sindicato y personal a cargo) por su pésimo desempeño y buscan desesperadamente justificar su eminente salida, la cual es decisión personal de quien es su jefe.

Bienvenidos los que lejos de quejarse y repartir culpas, aceptan con valentía y atención, las críticas, los comentarios, las opiniones y las recomendaciones para mejorar su trabajo y lograr reconstruir un mejor acapulco.
#AsíLasCosas

Sin azúcar…. Tuviste tu momento para criticar y juzgar con un micrófono prestado y con toda la libertad que un medio te otorgó para hacerlo, cuando conseguiste lo que buscabas, no diste el resultado que tanto presumías.

Con crema… la culpa no la tiene el indio, sino quien lo hace compadre.