Por Fernando Hinterholzer

El año 2022 ha sido especialmente violento contra las mujeres y niñas del país. De todas las entidades de la república mexicana nos llegan noticias y reportes de desapariciones, violencia y feminicidios, que lejos de disminuir se incrementan cada vez más. Los eventos de feminicidios se suceden prácticamente a diario, desde distintas partes del país. En Nuevo León más de 10 mujeres jóvenes están desaparecidas únicamente durante el mes de abril. En Querétaro una pequeña de 6 años es asesinada muy cerca de su domicilio. En Morelos, una joven desempleada, salió a una cita de trabajo en el municipio de Cuautla, y apareció muerta días después en un terreno, y toda esta violencia contra las mujeres ha generado mayor indignación entre los grupos feministas y los círculos de la sociedad civil, ha habido protestas y marchas, pero de qué han servido, si los responsables no hacen nada o no pueden hacer su trabajo por incapacidad y también por negligencia. Qué están haciendo el gobierno de sus tres niveles, si investigan algo es claro que no dan los resultados que la sociedad espera. Como es también evidente que no toman con seriedad las demandas de aquellos grupos de mujeres que han marchado y protestado por las calles para condenar esa violencia que no para.

La prensa y los medios de comunicación electrónica informan la multitud de los casos en el país, pero la violencia continua como una epidemia sin final. Y lo que más preocupa y ocupa es que el gobierno federal no cuenta con una política de estado para atender la situación y que ante sus quejas y demandas de mayor seguridad, lo que las mujeres han encontrado son muros, vallas y puertas cerradas. Lo más terrible que puede pasarle a las mujeres de este país ante esta terrible oleada de feminicidios, “es que se lleguen a normalizar y en poco tiempo no llamen ni siquiera la atención de nuestra sociedad”, para lograr que ninguna otra mujer muera a manos de la nefasta cultura patriarcal. Tal parece que no hay semana en la que no sepamos de un caso de violencia de género que llega a los medios en México.

Los reportes de los principales observatorios de violencia contra las mujeres han arrojado que durante los últimos cuatro años, los casos de mujeres víctimas de trata de personas se incrementaron en casi 40%, al pasar de 360 en 2018, a 503 en 2021. Sin embargo, existen ONG`s que aseguran que la estadística sólo representa 20% de los casos reales. Esto es, el delito de trata de personas tiene una cifra oculta por arriba de 80%”, de acuerdo a la “Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe”. México está el tercer lugar a nivel mundial en cuanto al número de víctimas de Trata. Ya existen investigaciones serias que muestran que desde hace una década los cárteles del crimen organizado están en el negocio de tráfico de personas, y quizá sea la razón del incremento de desapariciones de jóvenes mujeres en nuestro país. Las mujeres secuestradas por estas bandas criminales y usadas en la modalidad de explotación sexual, no denuncian, porque saben que sus captores son personas muy violentas y agresivas, y son llevadas a ciudades como Acapulco, Cancún, Puerto Vallarta, Tijuana, Zihuatanejo, Ciudad de México, Puebla, Veracruz, y en muchas ocasiones llevadas a los Estados Unidos.

Los estados de la República identificados donde los tratantes “enganchan a jóvenes mujeres”, cuyas edades van desde 12 a 30 años, son Chiapas, Edo de México, Oaxaca, Tlaxcala, Guerrero. Los informes oficiales indican que ese ilícito, cuya impunidad se ubica por encima de 98%, ha ido en aumento año con año: en 2018 se contabilizaron 360 casos; en 2019, 402; 2020, 455; en 2021 sumaron 503, y en enero y febrero pasados, la cifra llegó a 93, con lo que vemos un incremento exponencial en los caso y nada lo detiene. “La mayor parte de los casos de mujeres víctimas de trata de personas esta vinculado con la necesidad económica, con un medio de sobrevivencia, con la vulnerabilidad en la que están las mujeres, a las que es muy fácil engancharlas”, a más de tres años de administración “obradorista”, no existe una política pública para prevenir, sancionar y erradicar los delitos en materia de trata de personas.

Es cuanto

ADENDDUM: y ante tantos problemas y desperdicio de recursos públicos en obras y consultas inútiles del Ejecutivo Federal, me pregunto, cuándo se pondrá a trabajar y resolver para resolver la terrible problemática por la que pasamos los mexicanos. La inflación, la crisis económica, la violencia contra las mujeres, la inseguridad desbordada, la salud pública colapsada y el desabasto de medicinas en su punto más alto, hasta cuando, es pregunta.