Armando Ventura

Recuerdo que cuando mi esposa me pidió matrimonio –porque mi mujer siempre ha sabido tomar sabias decisiones- después de cuatro años de noviazgo, le comenté que deberíamos esperar más tiempo pues en esa fecha me encontraba sin trabajo, al igual que ahora …ups.

Contestándole que lo prudente sería celebrar nuestra unión legal y religiosa hasta que tuviera un ingreso seguro y así poder ayudar con los gastos de la boda. Tal vez, mi hoy esposa pensó –o estaba segura- que el que esto escribe quería ganar tiempo para rehuir al compromiso; sin embargo, eso nunca pasó por mi mente –o al menos eso pienso hasta el día de hoy- pero tal vez mi renuencia ayudó a que la familia de mi esposa y mis hermanas se encargaran de realizar la cooperación para las dos bodas, civil y por la iglesia, y que por cierto el próximo mes cumpliremos 23 años de casados.

No me pregunten -amigos de la mesa- cómo mi esposa convenció a mis hermanas para semejante “traición” a mí persona, pero lograron su objetivo. Tampoco me pregunten en que régimen matrimonial me casé, pues hasta la fecha ni me acuerdo de lo asustado que estaba; lo que sí recuerdo es el lugar de la boda religiosa, -la capilla del hotel Caleta- y la fiesta en su salón con vista al mar.

Podrían pensar que la boda tuvo un costo elevado por el lugar en donde se realizó; sin embargo, no fue así ya que mi suegro -que en paz descanse- consiguió un descuento en el hotel con sus amigos del sindicato, pagando el platillo a un precio razonable y con el pastel -como regalo- incluido. La bebida –algo muy importante- fue obsequiada por varios de mis amigos, a quienes todavía les sigue gustando el alcohol. Y el ajuar de la novia fue un vestido de noche color perla cuya cola y velo fueron confeccionados por una tía de mi esposa. Por mi parte, lo único que pude pagar fueron mis zapatos y la renta del traje, motivo por el cual no dejé que nadie se me acercara después de bailar la calabaza, pues con una rasgadura o mancha en el traje perdería mi depósito.

Caso opuesto a lo ocurrido en la boda entre el ex funcionario público federal Santiago Nieto –jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera- y Carla Humphrey, Consejera del INE. Derivando de ello que el novio tuviera que renunciar a su cargo por ventilarse su “sencilla”, pero elegante, ceremonia en las redes sociales.

Resulta triste pensar que Santiago Nieto se separara del cargo por vía electrónica al mandar por ese medio su renuncia al Presidente de la República,  pues dudo mucho que quisiera posponer su luna de miel cuando se sabe que es un ritual obligatorio como el servicio militar, con la diferencia de que en el primero se disfruta más…aunque se sude igual. El hombre de mejor trabajo fiscalizador y brazo ejecutor de López Obrador se fue antes de venirse… a México.

Podría pensarse que por su labor eficiente, el Ejecutivo Federal le daría otra oportunidad pues lo único que hizo fue casarse, situación que no es suficiente para perder el trabajo aunque su boda haya sido suntuosa. El problema osciló en que esa ceremonia se ventiló en los medios y redes sociales, en donde se constató que el perseguidor de los usuarios financieros –pero no de sus invitados- tenía una fiesta que sólo los altos empresarios, monarquía o millonarios de cualquier profesión pueden darse.

Por ello, no me cabe duda que el cumplir los caprichos de una mujer trae consecuencias, pues conociendo lo parco del ahora ex funcionario resulta increìble pensar que fue él quien lo planeo así, las bellas damas –y esposas- sabrán a qué me refiero.

Lo cierto es que al ventilarse lo elitista de la ceremonia se rompió la regla –esta sí escrita- de la austeridad republicana, en donde los que integran la 4T no deben vivir con lujos…cuando menos en público. Siendo la política la causa real de su renuncia –obligada- al cargo; pues creo que al “Eliot Ness” del gobierno liberal le falló su grupo de inteligencia y no logró ser “intocable”.

No cabe duda que el señor Santiago Nieto definitivamente si tiene similitud con esa película de Kevin Costner –Los Intocables- pues en ambos casos la traición vino del grupo que frecuentaba en su círculo donde trabajaba y en el caso del ex funcionario… de los invitados a su boda.

Ahora, el novio –que abandonó su luna de miel-  tendrá tiempo para reflexionar de lo que pudo haber evitado, pues como dejé establecido al inicio de esta colaboración, a diferencia de mi ceremonia, la boda de Santiago Nieto le salió muy cara y no me refiero a lo monetariamente costoso de la fiesta, pues nada tienen que ver los dólares que le colgaron en su traje al pasar de mesa en mesa con sus invitados en comparación de los billetes de a veinte pesos que colgaron en el mío…sino al alto precio que tuvo que pagar en su esfera política…Salud!

ARMANDO…..DUDAS

1.- ¿Cómo irá la denuncia penal que ya debe estar presentada –como se dio a conocer- ante la Fiscalía por la alcaldesa Abelina López Rodríguez contra la hoy magistrada Adela Román Ocampo?

2.- ¿En verdad pretenderán incluir en las propuestas para Fiscal General en el Estado de Guerrero a Ramón Almonte Borja y a José Luis Gallegos Peralta?

3.- ¿Ya habrán olvidado el pasado de uno en la Secretaría de Seguridad Pública y del otro, el conflicto de intereses como abogado del padre de la gobernadora que le impediría ser elegible?

4.- ¿ué tendrá la presidencia del Tribunal Superior de Justicia que las promociones para obtenerla rayan en promociones y actividades absurdas?

5.- ¿Acaso ya se olvidó la alcaldesa de Acapulco de quitar las bases a los funcionarios de primer nivel que le heredó su antecesora?

*venturarmando@hotmail.com

 

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