Juan José Romero
El consejero político del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Sergio Montes Carrillo, expresó que en las elecciones del pasado domingo, el que su partido se alzó con el triunfo en cuatro de seis estados, no fue este instituto político quien ganó, sino el propio presidente de la República Andrés Manuel López Obrador.
Reconoció que Morena sí ganó en cuatro de las seis entidades en que hubo elecciones constitucionales este domingo, pero lo hizo con ex militantes de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), aunque en este sentido, lo justificó porque esto ya es parte de la vida democrática de México, pues en el tiempo de auge del PRD ganaba con militantes del tricolor y del Partido Acción Nacional (PAN).
En entrevista, Montes Carrillo dijo que los resultados arrojados por la jornada electoral del domingo, Morena llega a gobernar 20 estados de la República, aunque lamentó la “muy baja participación ciudadana”, ya que es muy grave, que los ciudadanos no participen en los procesos electorales, porque los gobernantes llegan sin la legitimación, sin compromiso social”.
No obstante, recalcó es que en los hechos, el que ganó en estas elecciones no fue Morena sino López Obrador: “la temática aquí es que el presidente vuelve a ganar, no es un triunfo del partido, es un triunfo de la popularidad del presidente de la República”, comentó.
El ex representante de Morena ante el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) señaló que al interior de este instituto político, el triunfo de Morena en estas elecciones constitucionales tiene sabor a derrota y en este sentido cuestionó: ¿Cómo se gana?, ¿con quién se gana?, ¿cuáles son las características de los candidatos que Morena postuló”.
Al respecto, agregó que desafortunadamente todos los candidatos que Morena impulsó en las pasadas elecciones tienen las mismas características desde hace tres años cuando el instituto político hizo a un lado los estatutos y postula candidatos en base a encuestas que son actos de fe porque son documentos que nunca se muestran.
Insistió que en la antidemocracia interna que hay en Morena se podrá decir que el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, es el gran elector porque lleva ganadas “tantas gubernaturas, pero no es él, no es el partido, obviamente es la Presidencia”.
Manifestó que el problema para Morena en el caso de estos candidatos externos, con los cuales ganó, es que estos personajes llegan con su estructura a desplazar a los verdaderos morenistas.
Puso como ejemplo el caso de Guerrero: “aquí no gobierna Morena, gobierna una parte del PRD, eso es una realidad, aunque no les guste reconocerlo; aquí no se gobierna con los estatutos de Morena sino con la forma en que lo hacen los gobiernos perredistas”.
Finalmente dijo que con todo esto que está ocurriendo al interior de Morena, el problema vendrá “cuando ya no esté el orquestador”, porque en estos momentos “el partido está totalmente desmantelado”.