Por Noé Mondragón Norato

Para la Consulta sobre la Revocación de Mandato, el último corte de caja no resulta optimista para el presidente AMLO. Al menos en Guerrero, las cosas se han salido de control. Y muchas simpatías hacia el inquilino de Palacio Nacional, se han volatizado. Algunos escenarios así lo están confirmando.

CAOS E INMOVILIDAD. – Los defensores a ultranza de AMLO coinciden en un mismo discurso para justificar inmovilidades e indolencias: así le entregaron el país los gobiernos del PAN y del PRI. Pero ya van más de tres años de esa misma cantaleta. A estas alturas, los resultados deberían verse con claridad. Pero al igual que en el gobierno federal, en Guerrero priva el discurso optimista y retórico, por encima del reconocimiento a los déficits en la función pública. Los hechos son tercos: 1.- La gobernadora Evelyn Salgado no puede con el conflicto. Ayer por la tarde, los maestros de la CETEG volvieron a desquiciar el tránsito vehicular. Y sus exigencias —desproporcionadas hasta cierto punto— la acorralan cada vez más. La ponen contra la pared sin que el Toro Salgado ni el propio presidente AMLO, puedan desactivar la bomba. En realidad, y si se mira bien, ciertos grupos de interés partidista estarían operando tras ese movimiento. La razón es simple: en el plano federal no existe un cerco hacia el presidente AMLO por parte del magisterio disidente. Tampoco en Michoacán y Oaxaca, que suelen ser las entidades más combativas. El ahorcamiento ocurre sospechosamente, en Guerrero, una entidad que el presidente AMLO consideró clave y necesaria para ganarla a los priistas. Hoy que ya la tiene, el conflicto lo desborda. A él y su gobernadora. 2.- El presidente enfrenta un escenario adverso para la Consulta. Uno destaca: la llamada “lucha social” en Guerrero, se le escapó de la bolsa. Primero, puso a legislar en el Congreso de la Unión a los diputados del Morena para “castigar con cárcel” a quienes tomaran con fines de lucro, las casetas de cobro. Un mensaje que llevó como destinatarios precisos, a los normalistas de Ayotzinapa. La medida era adecuada, siempre y cuando el presidente hubiese dado respuesta sobre el paradero de los 43 normalistas desaparecidos. Pero no lo ha hecho. Luego, la reforma a la Ley Indígena se entrampó entre acusaciones provenientes del Congreso local que acusan boicot por parte de la CRAC y Tlachinollan, quiénes a su vez, exhiben la ignorancia y el desconocimiento de los diputados locales sobre el tema. Ahí podrían estar metidos y operando, los intereses políticos de la senadora Nestora Salgado en su calidad de frustrada aspirante a gobernadora por el Morena. Como sea, son asuntos que le van a pegar directo a AMLO en la Consulta. 3.- Hay una irritación razonable por parte de los trabajadores de la UAGro, a quienes la federación les aplicó desde julio de 2020 el ISR a “todas sus prestaciones” y no solo al salario base. Es decir, si esperaban que con el arribo de la 4T fueran beneficiados con una mejor percepción salarial, esta disminuyó en un 30 y hasta 35 por ciento. Y lo que es peor: ninguna auditoria —ni siquiera la ASF— alcanza a los depredadores de los presupuestos en la UAGro. Desde el ex rector Javier Saldaña hasta el actual Alfredo Romero. Del combate a la corrupción prometido en el discurso presidencial, se carcajean quiénes sin ningún tipo de pudor, continúan echando mano impunemente de ellos. Con todos estos atropellos, complicidades e inercias, ¿votarán los trabajadores de la UAGro a favor de que siga AMLO? 4.- En la alcaldía de Acapulco brotan las aguas negras. Y no sólo aquellas que van a parar a la bahía por la indolencia de las dos últimas alcaldesas del Morena —que la gobernaron y gobiernan—, sino porque los millonarios desvíos de recursos salieron a la luz pública. Y aquí, el presidente AMLO se instaló en un dilema: o emprende a fondo el castigo contra la ex alcaldesa Adela Román Ocampo. O utiliza ese escándalo con fines de lucro político a fin de obtener votos a su favor en la Consulta sobre Revocación de Mandato. Y pierde en consecuencia, credibilidad. Desde luego, las sorpresas desagradables laten con fuerza.

HOJEADAS DE PÁGINAS…Pese a las presiones de la CETEG, la gobernadora Evelyn Salgado se niega a revelar los resultados de la auditoria al Plan de Previsión Social de la SEG, ordenada por su antecesor, el priista Héctor Astudillo. Algo muy oscuro debe contener para que la mandataria se decidiera ordenar otra auditoria. Es decir, sepultar los datos de la anterior que nunca se conocieron.  Y asegurar en el discurso, “castigo contra los responsables” de ese desfalco. A esos predadores del pasado deben doblarlos verdaderos ataques de risa ante esa postura.