Por Roberto Fuentes Vivar
La tinta se borra del dedo en unos días. Quizá en unas horas.
Pero la tinta seguirá fluyendo hacia las primeras planas de los diarios en los próximos días.
Y seguramente la tinta negra con que se escribe el nombre de Lorenzo Córdova, presidente del Instituto Nacional Electoral, quedará como mancha para la democracia mexicana, al inhibir el voto y tratar de minimizar el número de asistentes a las urnas, cuando a las 22 horas, con menos de 30 por ciento de las casillas contabilizadas la suma era de cinco millones, lo que daría un resultado final superior a 15 millones de participantes.
Finalmente este domingo se realizó el ejercicio de revocación de mandato y los números iniciales que presentó el Instituto Nacional Electoral se analizarán de varias formas, según el cristal con que se miren:
-Para la oposición la participación fue tan baja que, según ellos, significa un fracaso para el actual gobierno.
-Para el gobierno en turno (concretamente la IV Transformación) representa, por la alta votación a favor del presidente Andrés Manuel López Obrador (90 por ciento), un espaldarazo más para lo que resta del sexenio y se consoliden los programas prioritarios emanados de los compromisos adquiridos en 2018.
-Para el Instituto Nacional Electoral la votación será un expediente más en su currículum (manchado con mucha tinta negra) y seguramente le dará más elementos para el golpeteo en contra del Gobierno Federal y del partido en el poder, específicamente el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
-Para quienes acudimos a las urnas fue un orgullo haber participado en esta votación histórica que considero en lo personal un ejercicio que permite avanzar hacia una verdadera democracia participativa.
-Para quienes se dedicaron a utilizar las redes sociales para denostar la votación y sobre todo a quienes fuimos a emitir un sufragio consciente, de momento podrá representar un triunfo, pero a la larga sus agresiones quedarán como una mancha más en la democracia mexicana que no se elimina tan fácil como la tinta indeleble, sino que se adentra en el cuerpo y el alma de la democracia.
Las andanzas del INE
Vivo en una colonia dominada históricamente por el Partido Acción Nacional que generalmente registra una alta votación, por lo que tenía especial curiosidad de saber cómo se había manifestado la ciudadanía. Puedo asegurar que la mayoría se dejó llevar por las faltas noticias y las descalificaciones hacia el ejercicio democrático.
En síntesis acudieron a las urnas 144 ciudadanos (poco menos de la mitad de los que asisten en jornadas electorales normales), de los cuales 30 votaron porque el presidente Andrés Manuel López Obrador se vaya, 114 expusieron su deseo de que continúe y hubo cero votos nulos.
Lo curioso es que cuando acudí a revisar los datos de mi sección electoral, el local ya estaba cerrado y únicamente estaban las sábanas de mi casilla, cuando en la mañana me dijeron que eran por lo menos seis secciones las que tenían esa dirección para acudir a votar ¿A dónde quedaron los votos de esas otras secciones?
Desde luego que, en mi caso, sí hubo varias irregularidades de las que responsabilizo al INE. La primera fue que hace unos días cuando se dieron a conocer las casillas consulté en cuál me tocaría votar. Al acudir a ese lugar me dijeron que la dirección se había cambiado. En la nueva, pregunté a uno de los funcionarios de casilla el porqué del cambio y me dijo que en el lugar inicial no había espacio para recibir a todos los votantes.
Sé que muchos vecinos se dieron por vencidos al no encontrar la casilla en el lugar anunciado por lo que decidieron irse tranquilamente a su casa. Y sé, porque así me lo hicieron saber amigos y familiares, que cambiar de dirección no fue un hecho aislado, sino que ocurrió en muchos casos de la ciudad de México y de todo el país.
Me pregunto si no se trató de una treta del INE para inhibir el voto. La respuesta creo que es obvia y se fortaleció al leer las noticias en varios de los diarios que dieron seguimiento al proceso de revocación de mandato.
Al instalar la sesión de Consejo General del Instituto Nacional Electoral por la jornada de Revocación de Mandato, el presidente del organismo, Lorenzo Córdova, dijo que se trataba ade un ejercicio que podía fortalecer la democracia, pero que también podía ser para “reencauzarnos a tiempos de un autoritarismo ya dejado atrás”. Pero eso sí llamó a los ciudadanos (creo que más por obligación que por convicción) a acudir a las urnas.
Y casi al mismo tiempo obligó a la Secretaría de Hacienda a eliminar un mensaje en twitter que decía: “Participa hoy, en cualquier lugar del país, en ejercicio democrático de la consulta de #RevocaciónDeMandato ¡Ejerce tu derecho ciudadano!”.
Horas más tarde la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral recibió una denuncia contra el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, por haber escrito en twitter: “A votar esta mañana en pro de la democracia y la transformación del país. El ejercicio de revocación de mandato nos convierte en uno de los poquísimos países en el que la ciudadanía puede mantener o revocar al presidente”.
Con eso, parece ser que el trabajo del INE en este ejercicio fue claro: inhibir el voto.
Desde luego, el INE no hizo nada contra los delincuentes electorales que durante toda la semana (incluso el domingo bombardearon de mensajes difamatorios) insultaron a quienes pensábamos votar y abiertamente llamaron a sabotear el ejercicio de revocación de mandato. Sí, nos llamaron imbéciles, idiotas, incultos, burros, pendejos y muchos epítetos más a quienes apoyamos esta votación.
Es más ¿Por qué el presidente del INE como funcionario público sí puede hacer un llamado al voto, pero el secretario de Relaciones Exteriores no? Y para colmo, Lorenzo Córdova señalaba: “Lo que está pendiente es observar las conductas de los actores políticos particularmente porque la autoridad electoral, los medios de comunicación y las redes sociales han documentado en semanas previas múltiples irregularidades y el eventual posible y potencial uso de recursos públicos para impulsar la Revocación de Mandato”. (¿Y los recursos del INE no son públicos?)
Algunos datos de la jornada
El representante de la Unidad Técnica de Servicios de Informática (UTSI) del INE, Yuri González Robles, informó que en la consulta de revocación de mandato participaron ocho mil 287 mexicanos en el extranjero, de los 17 mil 809 connacionales que están registrados. Esto significa casi la mitad de los posibles votantes, lo que indica que en el exterior sí hubo mucho interés por participar.
La Fiscalía Especializada en Materia de Delitos Electorales, de la Fiscalía General de la República (FGR), había recibido hasta la tarde del domingo 15 denuncias relacionadas con el proceso de revocación de mandato, de las cuales tres de ellas correspondían a la jornada de este domingo. Las autoridades han otorgado apoyo a la ciudadanía a través de sus sistemas de Fedenet y Fedetel, 455 orientaciones ciudadanas, como ubicación de casillas e información relacionada con la lista nominal.
El propio Cordova reportó que se instalaron 57 mil 423 casillas en el país, lo que representa el 99.96 por ciento del total. “Es una cifra histórica. Esta jornada ya puede calificarse como absolutamente exitosa”, dijo y explicó que en ocho casillas del Estado de México se interrumpió la votación de manera definitiva por amenazas, misma situación que enfrentaron dos casillas en Pátzcuaro, Michoacán.
Si el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, es delincuente electoral por llamar a votar yo también me declaro delincuente electoral y lo mismo debería hacer Lorenzo Córdova por el mismo motivo ¿o no?
Dice el filósofo del metro: En democracia negar la participación no es un avance, es un trance.