Por: Francisco Rodríguez

Tres decenas de senadores morenistas, de repente, sintieron que eran “de a deveras”. Y es que se la creyeron y filtraron que forman parte de un poder independiente. Sucedió todo lo contrario. Mostraron su sumisión a un titular del Ejecutivo Federal caprichoso, terco, voluntarista, y por si fuera poco, desconocedor de la ley.

Se autodenominan “radicales”. Y nada subrepticiamente se han puesto del lado del también ignaro gobernador de Veracruz, quien pese a una recomendación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos no ha derogado una legislación que atenta en contra de las garantías individuales de los ciudadanos.

No sólo eso. En la entidad del Golfo, como en muchas otras, como en la misma Administración federal, el fiscal pretendidamente autónomo actúa bajo consigna del grupo que asesora al poco ilustrado Cuitláhuac García Jiménez.

Esa treintena de senadores morenistas “radicales” soslayan no sólo la permanencia del supuesto delito de “ultrajes a la autoridad” que ha enviado a chirona a centenares, si no es que hasta a miles de ciudadanos por quítame de allá esas pajas, al arbitrio de policías y fruncionarios de todos los niveles.

También eluden que, entre esas víctimas del arbitrario actuar del fiscal veracruzano, hay un rehén que hasta hace unos meses trabajó al lado de ellos y, sobremanera, para ellos: José Manuel del Río Virgen, secretario técnico de la Junta de Coordinación Política de la llamada Cámara Alta.

Por el falso delito de “ultrajes a la autoridad” fue que comenzaron las diferencias entre el corto gobernante de Veracruz, García Jiménez, y el coordinador de la mayoría morenista en el Senado de la República, Ricardo Monreal.

Y por esas diferencias, Del Río Virgen es un rehén. Un preso político a quien, todo indica, sólo por dichos, sin prueba alguna, le inventaron ser autor intelectual del asesinato de un correligionario que aspiraba a gobernar Cazones, municipio de Veracruz.

Tiro en el pie de los “radicales”  

Al ponerse del lado de García Jiménez, las tres decenas de senadores “radicales” actúan bajo consigna de Palacio Nacional, cuyo titular ha ampliado la distancia con el líder senatorial a partir de que “la favorita” Claudia Sheinbaum le atribuyera su debacle electoral de junio pasado. Y es que ya sabe usted que los mediocres buscan culpar a otros, antes que aceptar sus irresponsabilidades.

La brecha AMLO-Monreal se ha agrandado, asimismo, a partir de que el zacatecano ha demandado que sea a través de elecciones primarias y no por amañadas encuestas –lo que diga su dedito, en realidad– que Morena seleccione a su candidato presidencial para el 2024, lo que por necedad y capricho de YSQ no sucederá, pues ya hasta Testamento Político ha avisado que tiene para favorecer la continuidad de su 4T, cualquier cosa que eso quiera decir, menos progreso ni tampoco desarrollo.

La treintena de radicales a quienes jalaron la cadena desde el principal edificio aledaño al Zócalo, al dividir a su bancada, ponen en riesgo la aprobación de las tan soñadas y deseadas reformas que AMLO ha propuesto al Congreso. La del también terco Manuel Bartlett, en materia de electricidad; la electoral, que va en abierta contra del Instituto Nacional Electoral, y la de militarizar de plano a una Guardia Nacional que –otro compromiso traicionado– López Obrador había asegurado que sería civil al cien por ciento.

Monreal se enfrentará este viernes a esos “radicales” cuyos hilos se manejan desde la ostentosa vivienda temporal del llamado Primer Mandatario.

Su permanencia en el liderato senatorial es clave para que las reformas avancen. Si no…

Mal tino de quienes acabarían dándose, repito, un tiro en el pie.

¿No cree usted?

Indicios  

¿Cuánto aportaría a la campaña de AMLO –o en lo personal, o a sus hijos– el aparentemente defenestrado Carlos Romero Deschamps? Porque, usando una frase a la cual recurre frecuentemente el Presidente de la República en sus “mañaneras”, lo que no suena lógico, suena a metálico. Y es que, mire usted, a Romero Deschamps no se le ha indiciado por ningún delito, pese a que su brutal e inexplicable enriquecimiento es más que público y notorio. A Romero Deschamps le permitieron dejar a un sucesor a modo, hasta que no se llevaran a cabo unas “elecciones democráticas” al seno del organismo gremial de los petroleros. Y tras una farsa que ahora se lleva a cabo en el Salón Tesorería, resultará “electo” Ricardo Aldana, el sempiterno aliado y/o socio de Romero Deschamps. ¿De cuántos millones estamos hablando? * * * El asesinato de la colega Lourdes Mendoza sólo sirvió para que AMLO lanzara ooootra de sus largas y aburridas peroratas en contra de los neoliberales y de los gobiernos anteriores. La periodista sólo le mereció una mínima frase de condolencias y, claro, la defensa de su amigo Jaime Bonilla a quien, sin investigación de por medio, ya exculpó. * * * Por cierto que hay que leer entre líneas el tweet de la embajada de los Estados Unidos en México sobre los recientes asesinatos de periodistas. * * * Fallé en mi pronóstico, lo admito. Los quintanarroenses sí tendrán como candidato a gobernador del partido de Dante Delgado al actor y hotelero, Roberto Palazuelos. Lo peor es que por su popularidad puede ser el sucesor del grisáceo Carlos Joaquín González. Y ya hemos visto, en los casos de Morelos y Nuevo León, por ejemplo, produce la popularidad: malos gobiernos. * * * Flagrante el fracaso de la lucha en contra de la corrupción que dizque ha emprendido la 4T. De acuerdo con el más reciente reporte Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), nuestro país mantuvo una calificación de 31 puntos, la misma que en 2020, en una escala que va de cero a 100, donde 100 sería la mejor calificación posible. Con esa calificación, México se ubica en la posición 124 de los 180 países evaluados por Transparencia Internacional. * * * Otro fiasco cuatrotero: el crecimiento exponencial de contagios de Covid-19, frente a gobernantes daltónicos que confunden el verde con el rojo. Tan sólo en CDMX se han quintuplicado los casos desde que comenzó enero. * * * Y por hoy es todo. Le agradezco la lectura de este texto y, como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!

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