Enfoque Informativo
Donovan Carrillo le ha dado a México una oportunidad de creer. De confiar también en que se puede competir en el patinaje artístico. El deportista, ya es visto como toda una celebridad tras meterse a la final y finalizar en el lugar 22 de la competición olímpica en Pekín. Este miércoles regresó a su país, con el estrés y nerviosismo lejos, y con la sonrisa que le ha valido para hechizar al mundo durante los Juegos Olímpicos de invierno.
“Estamos muy contentos con el resultado. Con esta preparación y los cuatro años que tenemos rumbo a Milán se pueden lograr cosas aún más importantes. El tener la oportunidad de competir codo a codo entre los mejores patinadores del mundo es algo es muy único. Le hemos sacado provecho porque el tener la convivencia de saber qué es lo que comen, cómo calientan, de saber hasta los secretos que hay en la preparación de un deportista puede ayudarnos para complementarnos para mejorar nuestro rendimiento”, contó a su llegada a Ciudad de México. Su familia vive en Guadalajara, aunque desde los 13 años, Carrillo tiene su sede de entrenamiento de en León, Guanajuato, donde ha convivido con las lecciones de su entrenador Gregorio Núñez.
En México, las pistas de hielo se encuentran en centros comerciales, pero escasean las instalaciones dedicadas al deporte de alto rendimiento. “Lo que más necesitamos es una infraestructura que tenga las medidas olímpicas para que él se pueda preparar todavía mejor”, mencionó Gregorio Núñez. Donovan Carrillo destacó que las autoridades del deporte mexicano le apoyaron desde 2019. Las estructuras de apoyo “no contemplaban a los deportes de invierno, el criterio no existía. Donovan es la punta de lanza, es el único becario en los deportes de invierno”, explicó Ana Guevara, responsable de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade). El monto del apoyo económico es de 30.000 pesos (unos 1.480 dólares), pero puede aumentar de acuerdo a su desempeño en el Mundial de patinaje a realizarse el 23 de marzo en Montpellier, Francia.
Durante la semana en la que compitió Donovan Carrillo, México se entregó de lleno. Antes de Carrillo, Ricardo Olavarrieta se hizo presente en dos competencias olímpicas en 1988 y 1992, aunque no logró meterse a la final de patinaje artístico. Las mexicanas Diana Evans y Mayda Navarro compitieron en 1988 y 1992. La rutina de Carrillo en Pekín le dejó un puntaje de 218.13, el más alto en toda su carrera. “Solamente me entregué, traté disfrutar cada parte del sueño de estar en unos Juegos Olímpicos. Justo me pasó que después del programa corto yo ya no quería que terminara, quería seguir patinando, seguir viviendo el sueño”, agregó en conferencia de prensa.
“Me sorprendí, no esperaba tener este impacto. Fue una experiencia inolvidable. Otra de las cosas que disfruté fue esa unión. De repente grupos de amigos dicen: ‘No inventes estábamos viéndote toda la familia’, los memes… Fue muy especial. Todos pusieron su granito de arena para mantenerme motivado”, dijo el patinador mexicano y lanzó un aviso: “Me quiero dejar sorprender, sé que se vienen cosas bastante importantes, no quiero ponerme límites”.