Enfoque Informativo
Las películas snuff son quizás el producto y mito más controvertido de la industria del cine de terror.
Hablar de las películas snuff es referirnos a uno de los grandes mitos del cine.
En un texto escrito para la revista Fangoria, referencia absoluta en cine de horror, Alyse Wax dice: “hay una definición muy específica para las películas snuff. Se consideran películas en las que se mata a una persona ante la cámara. La muerte es premeditada, con el propósito de ser filmada para ganar dinero. A menudo, hay un aspecto sexual en el asesinato, ya sea en la película (como en una escena porno que termina horriblemente) o que el proyecto final se utiliza para la gratificación sexual”.
Lo que sí y lo que no es cine snuff
Los videos de terroristas matando alguien no es cine snuff, pues hablamos de un crimen que se hizo debido a una ideología o con el propósito de amenazar a alguien. Su finalidad no es entretener.
Igualmente no se pueden considerar cine snuff los videos de muertes reales provocadas por accidentes, ya que esto obviamente no ocurre de manera premeditada.
Asimismo, los asesinos seriales que graban a sus víctimas para registrar y revivir sus crímenes, no están haciendo propiamente cine snuff (aunque dichas grabaciones tengan todas las características), ya que lo hacen para un consumo propio sin afán de entretener a otras personas ni mucho menos lucrar con sus grabaciones.
Aunque lo que vemos en pantalla parezca muy real, el cine snuff en su mayor parte es ficción y se filma para comercializarse y entretener a los espectadores. Por supuesto no debemos descartar que existan películas snuff con muertes reales, aunque este material es en su mayoría inaccesible a través de los medios tradicionales.
Casi siempre, las películas snuff incluyen una tortura sexualizada y las víctimas suelen ser mujeres, aunque también existen leyendas sobre películas snuff gay que implican el sacrificio de jóvenes varones ingenuos.
Nacimiento del cine snuff
Se cree que el origen de la palabra snuff viene del autor Ed Sanders, en su libro de 1971 The Family: The Story of Charles Manson’s Dune Buggy Attack Battalion. El término se utilizó en referencia a algunas películas que supuestamente fueron rodadas por la Familia Manson y enterradas en el desierto de California.
En el verano de 1969, Manson y sus seguidores robaron un camión de la NBC cargado con equipo de filmación. Un miembro anónimo de la Familia afirmó haber oído hablar de una película snuff que el grupo había rodado; sin embargo, esta persona nunca vio la película. Asimismo esas películas nunca se encontraron, ni hubo pruebas de que existieran, pero el término snuff se mantuvo.
La primera cinta snuff de la historia
En 1971, los cineastas Michael y Roberta Findlay viajaron a Sudamérica para rodar Slaughter, una película de terror con temática Manson. La cinta permaneció olvidada en la estantería durante años antes de que Allan Shackleton, productor de cine de explotación y director de Monarch Releasing Corporation, tuviera una idea.
A principios de la década de 1970 circulaban rumores sobre películas snuff que llegaban a Estados Unidos desde Sudamérica. Aunque nadie descubrió ni una sola de estas supuestas importaciones, Shackleton aprovechó esa especie de leyenda urbana. Contrató a un cineasta llamado Carter Stevens para que filmara otros cinco minutos de material para pegar al final de Slaughter.
Los cinco minutos adicionales son de la siguiente manera: al finalizar la película, el ángulo de la cámara cambia a un plano largo que muestra al equipo que está terminando la filmación. De pronto, una tramoyista admite al director que la última escena sangrienta la excitó.
La pareja comienza a juguetear y a hacerse insinuaciones sexuales mientras una cámara sigue grabándolos. Ella intenta detener lo que ocurre, pero eso sólo enciende los deseos del director. Uno de los miembros del equipo le entrega herramientas al director, que utiliza para despedazar a su víctima.
Esta cinta hoy se conoce como Snuff y se considera la primera cinta snuff de la historia. Shackleton creó frases escandalosas para que el producto fuera más rentable: “¡La cosa más sangrienta que jamás haya ocurrido delante de una cámara!” “La película que dijeron que nunca podría mostrarse….”, “Filmada en Sudamérica… ¡Donde la vida es barata!”.
La denuncia
Fue quizás en la década de los años 80 cuando las películas snuff adquirieron mayor fama. Gran culpa de ello la tuvo el actor Charlie Sheen cuando denunció al FBI una fiesta donde vio un video en el que un hombre disfrazado de samurái drogaba, atacaba, y descuartizaba a una mujer. El video en cuestión formaba parte de la serie japonesa Gineapig, una colección de filmes gore de los años 80 con violencia gráficamente explícita.
En la actualidad, el cine snuff navega entre el mito y la realidad. Existen personas que juegan con la posibilidad de que existan películas reales de este tipo en el mercado negro o en la Dark web, mientras que otras partes sostienen que nadie ha podido comprobar su verdadera existencia. Alyse Wax nos dice:
“En los cincuenta años que han pasado desde que se acuñó el término snuff, ha habido multitud de bromas, falsificaciones e investigaciones que no han llevado a ninguna parte. Dos de las películas snuff más citadas proceden de Sudamérica”.
“Una se titula Snake Feast y muestra a chicas jóvenes que son devoradas por una serpiente gigante; la otra es Gator Bait Ten, en la que diez chicas (o mujeres jóvenes, según a quién se pregunte) son destrozadas por una manada de caimanes. No existen pruebas de ninguna de estas películas; su existencia se basa en el boca a boca y en los rumores”.
Las mejores películas acerca del cine snuff
Las películas snuff sobre películas snuff constituyen casi un subgénero del cine de terror. Ejemplo de ello es la famosa cinta 8MM, protagonizada por Nicolas Cage, donde se explora el mundo de las películas snuff reales. Otra cinta que aborda el tema es el excelente thriller español Tesis (1996), de Alejandro Amenábar.
La película de 1978 The Evolution of Snuff, dirigida por Andrzej Kostenko, pretende ser un documental sobre la realización de películas snuff. También son dignas de destacar Final Cut (1993) y Snuff Killer (2003).
Todas estas cintas tienen una trama muy similar: el protagonista tropieza con una red de películas snuff o, como en 8MM, intenta determinar si una película snuff es realmente una película snuff.
En definitiva, las películas snuff aterrorizan y asquean a la gente, pero no se han encontrado pruebas reales de su existencia. La muerte documentada es real: imágenes de noticias de zonas de guerra, videos de propaganda, accidentes y más. Pero la existencia de una industria clandestina con personas asesinadas para la diversión de otros hasta la fecha sigue siendo un mito.