Enfoque Informativo

También llamada catnip, es una planta perenne de la familia de la menta. Uno de sus componentes actúa como un estimulante, similar a las feromonas naturales. ¿Es adictiva o se les puede permitir el placer de su consumo?

A la mayoría de los gatos les atrae la hierba gatera, también llamada catnip, la cual les produce euforia, excitación o relajación, por lo que hay tutores que deciden ponerla a su disposición para enriquecer su entorno.

La Nepeta cataria, tal el nombre científico de la conocida popularmente como “hierba gatera”, es una planta perenne común, pariente de la menta.

Contiene un ingrediente activo llamado nepetalactona, causante de las reacciones que se generan en los felinos.

Esta sustancia ha sido desarrollada por la planta para protegerse de ser atacada por insectos.

Los componentes volátiles y químicos del catnip estimulan receptores en el cerebro de los gatos, activando vías neuronales.

La nepetalactona estimula una producción enzimática y desencadena actividad de la amígdala cerebral, región que regula las emociones en todos los vertebrados.

Además, libera serotonina —conocida como “hormona de la felicidad”— y atropina, que disminuye el dolor, aumentando las pulsaciones y dilatando las pupilas.

Se puede disponer de hierba gatera en juguetes que la contengan o esparcirla, seca, en las áreas frecuentadas por los felinos.

Se les puede dar esta hierba fresca también, según preferencia del gato, ya que muchos la siembran en su casa.

Cuando el gato olfatea la nepetalactona, ésta actúa como un estimulante, similar a las feromonas naturales.

Sin embargo, al ingerirla tiene un claro efecto sedativo.

Bajo su influencia, el gato puede tener un comportamiento semejante al celo de la hembra mientras que a otros animales les provoca calma, reduciendo la ansiedad y aliviando un eventual dolor.

Se calcula que solo del 50 al 70% de los felinos muestran comportamiento excitatorio frente a la exposición de la hierba, lo que parece tener carácter hereditario.

La planta no actúa en los gatos menores de tres meses de edad ya que sus efectos recién comenzarán a observarse en los gatos mayores.

También sirve como apoyo en el entrenamiento de conductas; por ejemplo, al estimular la preferencia del animal hacia ciertas superficies para rascar.

No es adictiva y no supone un riesgo para los gatos, aunque como con cualquier producto que le demos al animal, su exposición debe ser moderada y supervisada.

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