Enfoque Informativo
Aunque su efectividad ha sido cuestionada, el consumo de “drogas digitales” administradas a través del sonido tuvo un auge inesperado en los últimos meses, especialmente en países donde las sustancias duras no han sido legalizadas.
De acuerdo con un estudio realizado por investigadores del Reino Unido y Australia, el 5 % de los participantes de una encuesta en 22 países afirmaron haber probado drogas sonoras en 2021. El número representó un incremento a los datos recabados un año antes.
¿Qué son las drogas digitales?
Propuestas en la literatura desde el Siglo XIX y descubiertas en 1939, las drogas digitales son pistas de sonido capaces alterar el cerebro de sus consumidores.
Esto se logra gracias a la reproducción en diferentes frecuencias de sonidos binaurales que estimulan la zona mesolímbica del cerebro. Al igual que sucede con las drogas duras, estos sonidos pueden propiciar la formación de ilusiones auditivas o causar sensaciones como la excitación, relajación y euforia. También provocan mareos, nauseas y dolores de cabeza.
La popularización de los sonidos binaurales
Según los expertos ingleses y australianos, los consumidores habituales de los sonidos para alterar la mente han afirmado que estos los han ayudado a reducir el dolor, mejorar la memoria y aliviar la ansiedad y depresión. Por ello, esperan profundizar en su estudio.
“Es muy nuevo, simplemente no sabemos mucho sobre el uso de ritmos binaurales como drogas digitales“, señaló Monica Barratt, científica social de la Universidad RMIT en Australia. “Esta encuesta muestra que esto está sucediendo en varios países. Teníamos información anecdótica, pero esta fue la primera vez que preguntamos formalmente a las personas cómo, por qué y cuándo las usan“.
En la investigación, retomada por la revista Science Alert, se mostró que la mayoría de los usuarios de las drogas digitales tienen entre 15 y 20 años. Además suelen acompañar el uso de estos sonidos con sustancias prohibidas como MDMA y marihuana. Estados Unidos, México, Reino Unido, Brasil y Polonia fueron los principales representantes de consumo en el mundo.