Enfoque Informativo
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A pesar de que ambos funcionan para mejorar la salud intestinal, no son iguales
El cuidado de la flora intestinal o también llamada microbiota es muy importante, ya que nos previene de enfermedades graves, ayuda al buen funcionamiento del cerebro, es una barrera contra las enfermedades mentales, entre otros beneficios.
Esto quiere decir que la microbiota tiene muchos organismos viviendo en nuestros intestinos, estos se encargan de recibir los restos de comida para terminar de deshacerla, la mayoría de estos desechos con virus, bacterias y hongos.
En este sentido le damos la comida a la flora intestinal y nos ayuda previniendo algunos problemas de salud, alergias, depresión, desnutrición, entre otras cosas.
Algo que debemos tener presente es que es muy importante cuidar del microbiota, ya que una mala alimentación puede dañarla gravemente.
¿Cómo puedo cuidar la flora intestinal?
Los alimentos probióticos se van a convertir en tu mejor aliado para mantener un microbiota sano, el yogurt, el queso fresco, las aceitunas, los fermentados, entre otros. Son alimentos que te pueden ayudar.
Sin embargo, estos alimentos producen mucha acidez, enzimas y anticuerpos, esto produce que lo que llega al intestino grueso es una cantidad muy pequeña.
Es muy importante que visites a un especialista médico para que te dé seguimiento con respecto a tu alimentación, ya que todas las personas tienen diferente flora intestinal.
¿Qué son los prebióticos?
Estos alimentos se consideran primarios, porque no intervienen en el organismo y llegan directamente a la flora intestinal.
Algunos alimentos son los vegetales, verduras, fruta, hortalizas, frutos, frutos secos y legumbres, eso significa que tener una dieta adecuada es muy importante para ayudar al buen funcionamiento de la flora intestinal.
También la ayudan los minerales y las sustancias poli fenólicas y antioxidantes. Así, una dieta rica en fibra vegetal, verdura de hoja, fruta, hortalizas, frutos y verduras rojas, verdes y amarillas, así como frutos secos y legumbres, es una dieta prebiótica fundamental para recuperar y mantener nuestra flora.
Recientemente, un estudio de la Universidad de Oxford ha desvelado que también las hierbas y especias aromáticas como la canela, jengibre, comino, cúrcuma, romero, orégano, albahaca y tomillo son excelentes prebióticos.