Enfoque Informativo

Entender el motivo de algunas conductas felinas acerca a las personas a esta especie y hace más placentera la convivencia con este animal de compañía

Se sabe que todos los gatos no son iguales, más aún es lícito afirmar que son todos diferentes dentro de un parámetro común. Sin embargo, algunos incurren, a veces, en conductas que parecen no tener explicación, como por ejemplo el lanzarse a correr de manera desenfrenada y hacerlo de golpe, sin aviso previo.

Este comportamiento o patrón de conducta, es bastante común en los gatos jóvenes, pletóricos de energía, ya que a esa edad suelen ser dinámicos e inquietos, pero también puede ocurrir en gatos adultos e incluso en ancianos que corran de repente, sin ningún motivo, al menos aparente.

Algún acercamiento a una explicación que justifique esa conducta puede encontrarse en alguna de estas razones:

– Liberación de energía: la falta de actividades o de estimulación cognitiva podría ser una explicación de porqué se lanzan a correr repentinamente como tratando de liberar toda esa energía atrapada y acumulada, por inacción.

– Hiperestesia: la hiperestesia felina es el padecimiento que hace, por ejemplo, que un gato muerda luego de haberlo estado acariciándolo amablemente.

Es un trastorno en el que el animal sufre de muchísimo estrés porque experimenta una gran sensibilidad en la piel y puede desencadenar estas conductas.

– Por instinto de presa: se sabe que los gatos son buenos cazadores, pero al mismo tiempo pueden ser presas de otros animales por lo que constantemente están en alerta. Así es que puede que corran de repente porque olieron o escucharon algo que los puso en atención, en el entorno cercano.

– Por instinto de cazador: como se dijo, están alerta porque son depredadores y tal vez quieran cazar algo que les pareció interesante porque lo escucharon, olieron e incluso lo vieron.

Si además de correr de repente, un gato también se encuentra muy inquieto, se puede intentar ayudarlo a canalizar esa energía de una forma sana, brindándole objetos que lo ayuden a mantenerse estimulado, como por ejemplo, rascadores, torres para escalar, cajas y otros juguetes típicos.

Es muy importante tratar de jugar con él, procurando que esto ocurra siempre a la misma hora y en lugares y circunstancias semejantes para intentar crear una rutina que se transforme en hábito, ya que los felinos aman tener la certeza anticipada de comportamientos reiterados y previsibles y poder seguirlos.

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