Por Juan José Romero

Su negocio sufrió afectaciones a consecuencia de un petardo que cayó en el techo

Para la señora Maite Contreras, comerciante que tiene su negocio frente a las instalaciones de la Fiscalía de Justicia lo hecho por los normalistas no es de un estudiante letrado por lo que pidió el cierre de la Normal de Ayotzinapa.

“Llegaron de repente y atacaron no dieron tiempo de nada, yo estaba cocinando aquí iba a entregar comida y llegaron con piedras, con envases, con tubos, con bombas, y yo aquí tenia a mi hija y a mi nieto de 3 años y les dije que se fueran ya no me dio tiempo ni de cerrar, fue sorpresa, rápido”.

Su negocio sufrió afectaciones a consecuencia de un petardo que cayó en el techo a base de lámina de aluminio que afecto sus enseres y la comida de su cocina económica que maneja y de la cual se mantiene.

Dijo que el miedo se apoderó de ella debido a que, en el interior de su local, había un tanque de gas, el cual podría haber sido utilizado por los “estudiantes” para atacar el edificio de la Fiscalía, “yo trate de cerrar mis tanques de gas, pero ya no me dio tiempo salir, ya estaba aquí las bombas, y yo le doy gracias a Dios porque me iba a esconder, pero cuando cayó de repente esto y salí corriendo”, relató con lágrimas en los ojos.

Y pesar de las pérdidas materiales que sufrió su negocio, “no importan”, se dijo contenta porque Dios la protegió de que no le cayera el artefacto explosivo que los normalistas tiraron sin medir consecuencias.

“Para mi el Señor me protegió de todo esto, aventó todo, los focos, hasta el refrigerador, todo, pero no importa, todo se echó a perder, eso es material”, remarcó la señora Maite.

Ante lo ocurrido pidió al gobierno buscar estrategias, “hay muchas escuelas de verdad va haber estudiantes que de veras le echen ganas y salir adelante, sin hacer todo esto, por lo más perjudicados es la ciudadanía”, expuso.

Señaló que incluso los elementos de la Guardia Nacional que resguardaban el inmueble que durante el día lunes y este martes estuvieron, “asoleándose” sin comer y beber agua, y todo para “provocar a los estudiantes que tienen mucho coraje, ira, pero tenemos gobierno, justicia, no debemos hacernos gobierno por nuestras propias manos”, sostuvo.

Por lo tanto enfatizó que es necesario el cierre de Ayotzinapa, “que se cierre esa escuela, que se cierre y que a los que de verdad quieren estudiar que los reparta en escuelas, para salir adelante, que se termine toda esta violencia, ya llevamos años con una violencia de Ayotzinapa, Ayotzinapa, yo ya tengo mucho miedo”, aseguró.

El temor que le han causado las incursiones violentas de los normalistas dijo Doña Maite le han causado enfermedades de su sistema nervioso central, “porque uno ya no sabe tanta delincuencia”.

Pidió a las autoridades ya no permitir que lleguen a los edificios públicos, ni siquiera a Chilpancingo, porque asegura no vienen a la capital guerrerense en forma pacífica, afectando directamente a los ciudadanos que padecen este tipo de manifestaciones.

“Algunos siento que, si son estudiantes, y tienen ganas de salir adelante, yo no soy estudiante, soy una persona a lo mejor sin carrera porque me dedico a vender comida porque es lo que se hacer, pero yo no haría daño a una persona, y una persona culta y estudiada menos” recalcó.

Aseguró que ante la situación que vive en el estado, su familia ha tenido que irse a otro lugar, incluso algunos familiares han sido victimas de la delincuencia, y a eso se suma este tipo de manifestaciones violentas que en nada abonan a la paz en Guerrero.

“Yo si le pido al gobierno que busque estrategias, que les recorte el presupuesto y que les dé a las demás escuelas, que no les quite a los jóvenes que de verdad tiene hambre de estudio, hambre de salir adelante, que no les quite la educación, pero que esa escuela ya se cierre, esa escuela ya no es sana, esta creado entre estudiantes a lo mejor y entre delincuentes”.

Pidió a los normalistas dejar de hacer manifestaciones violentas y mejor se dediquen a estudiar, y busquen a Dios, “jóvenes entreguémonos a Dios, porque la vida se acaba en un momento, yo estuve a punto de perder la vida en estos segundos, y posiblemente no estuviera hablando si el Señor no me hubiese cuidado, él me protegió y me cuidó”, aseguró.

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