Cada año el mismo show de larguísima duración para que sus señorías los diputados federales aprueben –sin haberlos leído siquiera– los dictámenes de las iniciativas de Ley de Ingresos y la de Egresos de la Federación para el periodo fiscal siguiente.  

Discusiones bizantinas, jocosas, actuadas, de todo tipo… que se traducen en absolutamente nada.

A final de cuentas, en los meses siguientes el Presidente de la República en turno hace lo que quiere con nuestro dinero que no siempre es el que ellos dicen que van a recaudar –de ahí los endeudamientos internos e internacionales

Ordena al titular de la SHCP –quienquiera que sea– que mueva partidas de un lado a otro…

… que porque primero los pobres en los presupuestos públicos, para que sigan votando por los candidatos del partido en el poder…

… para reservar –en cash, but of course— o dar grandes pellizcos a las partidas presupuestales…

… que para las cada vez más onerosas  –e inútiles en el corto y mediano plazos– obras faraónicas del autoritario “caudillo”…

… que para lo que se le hinchen los tanates, incluso…

… porque tiene la idea fija de que el dinero público es de él y sólo para él.

Y todo ello se da ante la pasividad y, las más de las veces, frente a la omisión de la Auditoría Superior de la Federación, cuyo actual titular David Colmenares Páramo, pareciera estar sobornado, chantajeado o hasta amenazado por usted YSQ.

Recién hemos visto los mismos artificios, las mismas tretas de un gobiernito como el de Enrique Peña Nieto, como el de Felipe Calderón, como el de… todos los antecesores de Andrés Manuel López Obrador…

… porque todos son iguales…

… aunque el actual es ¡el más pior!

Se trata de un gobiernito al que le soplan vientos de fronda por su incompetencia comprobada, por su corrupción desenfrenada y por sus procederes electoreros, pero que se empeña todos los días en tomar decisiones atentatorias contra nuestros bolsillos y nuestra indignación.

Los diputados del Movimiento de AMLO, los de la llamada Cuarta Transformación –cualquier cosa que esto signifique–, han ubicado al aparato gubernamental en un callejón sin salida, en un descrédito histórico…

… por no cambiarle siquiera una coma al ukase autoritario enviado desde las alas sur y norte de Palacio Nacional.

Presupuestos para regalar dinero…

… para comprar votos…

… cada vez más caros…

… dadas las fallas e incumplimientos de la Administración.

Y todo para que sobreviva la 4T

Robar sin decoro. Al fin y al cabo el Presupuesto de Ingresos sin respaldo posible en la reseca economía mexicana lo tendrán que subsanar pidiendo prestado al extranjero, a los buitres londinenses y/o neoyorquinos que sólo esperan otra oportunidad para seguir cobrando intereses de escándalo, aunque jamás se paguen las deudas principales.

Pero los diputados, haciendo como si la virgen les hablara, votaron con absoluta desfachatez los términos de un presupuesto que no obedece a ningún fundamento, a una sola idea, a una mínima estrategia económica, tan solo a las tretas de los de cuatroteros de Palacio para lograr fines moralmente aviesos.

Han votado para el escarnio y la befa. Han levantado el dedo para complicitarse impunemente con los ladrones de nuestro dinero para la continuidad del proyecto de la 4T –¿cuál?, ¿empobrecer a todos los mexicanos?–, con los infames que quieren hacerse escandalosamente multimillonarios en base a los atracos de la deuda externa que ya nos tiene en el grito y en el suspiro.

No que quieren… sino que ya lo están haciendo.

Tal es la única empresa pública en la que han triunfado: la empresa de hacernos deliberadamente más pobres y hambrientos, con cada vez mayor inseguridad, con prestaciones en salud que no son danesas sino africanas, mientras ellos se retacan los bolsillos, y todavía pretenden mantenerse en el poder para seguir saqueando nuestros haberes.

Para seguir destrozando la riqueza petrolera, para seguir entregando todo, creyendo que es la única manera de lograr impunidad a su salida, confiando en que los mexicanos no tenemos memoria para el reproche, para el juicio popular a sus desmanes, y que no tenemos ni aparatos para supervisar y controlar desde la sociedad sus atrevimientos desquiciados. Han fabricado su propia impunidad.