Enfoque Informativo
Acapulco vivió una jornada marcada por la violencia el viernes 28 de marzo de 2025, cuando al menos ocho personas perdieron la vida en una serie de ataques armados y hallazgos de cuerpos con signos de tortura.
Esta ciudad, conocida históricamente como un destino turístico emblemático, se encuentra nuevamente en el ojo del huracán debido a la escalada de inseguridad que ha afectado tanto a locales como a visitantes, dejando un panorama sombrío en una de las regiones más golpeadas por el crimen organizado en México.
La violencia comenzó en las primeras horas del día, cuando, según reportes locales, un grupo de sujetos armados irrumpió en un velorio en la comunidad de Barra Vieja, al sur de Acapulco. En este ataque, dos hombres fueron ejecutados a tiros, desatando el pánico entre los presentes.
Horas más tarde, en la calle Zapata, un individuo que había llevado su taxi a un taller mecánico fue asesinado a balazos, sumando una víctima más a la lista de este viernes sangriento. La violencia no se detuvo ahí: en la colonia Progreso, otro taxista fue perseguido y ultimado en plena vía pública, evidenciando la vulnerabilidad de los trabajadores del transporte, un sector frecuentemente blanco de la delincuencia en la región.
Por la noche, el terror continuó con el hallazgo de un taxi abandonado en la colonia Revolución. En su interior, las autoridades encontraron los cuerpos de dos personas con impactos de bala y evidentes signos de tortura, un macabro recordatorio de la brutalidad que impera en las disputas entre grupos criminales.
Otros incidentes, como el asesinato de José Ignacio Fernández Verdiz, Coordinador de Obras Públicas en la Zona Rural de Acapulco, en la colonia Barranca de La Laja, subrayaron la magnitud de la crisis. En este ataque, perpetrado en la mañana, también resultaron heridos un menor de edad y otra persona, lo que amplificó la indignación de la comunidad.
Las autoridades de Guerrero han iniciado investigaciones para esclarecer estos hechos, aunque hasta el momento no se han reportado detenciones. La falta de avances concretos ha generado críticas hacia las estrategias de seguridad implementadas en el puerto, donde la presencia de la Guardia Nacional y la policía estatal no ha logrado contener la ola de violencia. Organizaciones como el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal han clasificado a Acapulco como una de las ciudades más peligrosas del mundo.
La ciudadanía, por su parte, exige respuestas. La jornada violenta del viernes no solo dejó luto y temor, sino también un clamor por estrategias efectivas que devuelvan la paz a Acapulco. Mientras tanto, el gobierno municipal condenó los actos y expresó su compromiso de colaborar con la Fiscalía General del Estado para esclarecer los crímenes, aunque la percepción general es de impotencia ante un problema que parece rebasar las capacidades locales.