Alvin Lucier, compañero de John Cage, profesor, compositor de una las obras más emblemáticas de la historia del arte sonoro, I Am Sitting in a Room, y con una de las trayectorias musicales más ricas y complejas de la historia del arte sonoro, ha fallecido a los 90 años por complicaciones derivadas de una caída fortuita.

Emancipada la disonancia tras los esfuerzos de Arnold Schönberg y su entorno, y llevada esa emancipación al campo de la duración y la dinámica con Pierre Boulez en lo que se llamó serialismo integral, algo se quedaba en el tintero para lograr una emancipación integral de todos los componentes del fenómeno musical. Se trataba de visibilizar y emancipar la fisicidad misma del sonido, es decir, su timbre en un sentido aproximado. En los años sesenta resultaba evidente para los compositores que esa emancipación total del sonido musical era la tarea a realizar y en esa dirección fueron los esfuerzos. En Francia, los espectralistas —Gérard Grisey, Tristan Murail y Hughes Dufourt— se pusieron a ello dentro de la órbita del IRCAM, instituto de investigación dirigido por el citado Boulez. En Estados Unidos, y bajo el ascendente de John Cage, aunque los resultados fueran musicalmente hasta antagónicos (así lo intenta hacer ver la crítica cuando tiene ocasión), se tenían en la cabeza horizontes similares. De entre todos esos americanos, el que llevó más lejos y con más resultados más logrados esa emancipación del timbre fue sin duda Alvin Lucier, que el 1 de diciembre murió a los 90 años como consecuencia de una caída fortuita.

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