Enfoque Informativo
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Las momias con lenguas de oro tenían este metal en sus bocas para que pudieran hablar con el juez de los muertos, Osiris
Ninguna tierra representa tan bien el misterio de la momificación como Egipto. Cada hallazgo de cuerpos conservados en sus tumbas desde miles de años atrás resulta una revolución a nivel mundial. En un post de Facebook, el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto anunció recientemente los nuevos descubrimientos de algo inaudito: momias con lenguas de oro.
Mustafa Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Arqueología, dijo que, aunque las momias están en “mal estado de conservación”, algunas de ellas estaban cubiertas con finas láminas de oro y colocadas en ataúdes de madera, mientras que otras estaban glaseadas con “oro sobre el hueso”.
Un tesoro maravilloso: momias con lenguas de oro
Algunas de las momias fueron enterradas con cucarachas doradas y diminutas flores de loto de oro, y junto a los ataúdes se encontraron los morteros de piedra y la cerámica utilizada en el proceso de embalsamamiento. Pero lo que más llamó la atención a los investigadores fueron las momias a las que se les quitó la lengua para sustituirla por versiones de oro.
El hallazgo ocurrió en el mítico sitio de Quweisna (o Qwaisana), un yacimiento arqueológico en la zona central del Delta del Nilo. Este espacio, descubierto originalmente en 1989, ha sido un terreno fértil para hallazgos antiguos.
Las tumbas de esta necrópolis datan de varias épocas diferentes, afirma el Consejo Supremo de Arqueología en un comunicado. Los entierros más antiguos se produjeron durante el periodo ptolemaico tardío, una era que terminó en el 30 a. C., mientras que las tumbas más recientes datan del imperio romano, que gobernó Egipto hasta el 650 d. C.
Después del hallazgo y al ver los implantes de oro en lugar de las lenguas de los fallecidos, la gran pregunta surgió entre los expertos: ¿qué significado tenía este detalle?
Comunicación con Osiris
Según un informe del Daily Mail, los arqueólogos creen que las lenguas de oro servían a los fallecidos para que pudieran hablar con el juez de los muertos, Osiris, y convencerlo de que se apiadara de su alma.
Según la mitología egipcia, Osiris era el dios de los difuntos y, cuando fue asesinado, su cuerpo fue cortado en pedazos que se esparcieron por todo Egipto. Sin embargo, tras reunir todos los trozos, Isis, resucitó posteriormente a Osiris.
Al igual que Hades, Osiris también vivía entre los muertos, y aplicaba una estricta regla de silencio. Osiris detestaba el ruido, por lo que se cree que durante los arreglos funerarios en el antiguo Egipto se imponía el silencio entre los embalsamadores. Sólo cuando se abría la boca de una momia para prepararla para su viaje al más allá, se tocaba música o se emitía algún sonido.
De hecho, el inframundo en el antiguo Egipto se conocía a veces como “la tierra del silencio”, y el propio Osiris era llamado “el Señor del Silencio”.