Enfoque Informativo
La celebración marca el inicio de la Cuaresma, periodo que antecede a la Semana Santa
El miércoles de ceniza es una celebración que marca el inicio de la Cuaresma, tiempo en el que se cuentan 40 días para el inicio de la Semana Santa, periodo en que se evoca la pasión, muerte y resurrección de Jesús. El origen de esta jornada está en la Biblia, pero también adquirió características en la Edad Media.
El miércoles de ceniza surge debido a la celebración pública de la penitencia, que constituye el camino que hacen los fieles para ser absueltos de sus pecados la mañana del Jueves Santo, jornada en que se conmemora la Institución de la Eucaristía.
En la antigüedad los judíos solían cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio. Sin embargo, durante los primeros tiempos en que se constituyó la Iglesia, las personas asistían el Jueves Santo a recibir el sacramento con una cruz de ceniza y con un “hábito penitencial”, lo cual plasmaba la intención de la conversión.
Sitios religiosos como catholic.net y famigliacristiana.it recuerdan momentos bíblicos que forman parte de esta fiesta y que forman parte del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento: “Polvo eres y al polvo volverás” (Gn 3:19) y “Arrepiéntete y cree en el Evangelio” (Mr 1:15), esta última formando parte de la imposición de la ceniza tras la reforma litúrgica seguida por el Concilio Vaticano II.
Este cambio responde a que estas palabras responden más al aspecto de la Cuaresma, que son el ayuno, la oración y el retorno al apego a la religión.
¿Por qué ceniza?
Las palabras antes mencionadas del libro de Génesis no son las únicas que se refieren a las cenizas, pues Abraham, en su intercesión por Sodoma, según la historia bíblica aseguró: “Reconozco que he sido muy atrevido al dirigirme a mi Señor, yo, que apenas soy polvo y ceniza”.
Otras escrituras se refieren al ser humano como polvo en un sentido precario y efímero al lado de la grandeza de la figura divina.
De acuerdo con famigliacristiana.it, la teología bíblica también reconoce a la ceniza como un signo externo de quien se arrepiente de sus pecados y decide hacer un viaje de regreso al camino de la religión.