Por: Juan José Romero

Se trata de damnificados de los huracanes “Ingrid” y “Manuel” desde el 2013

A más de 10 años de los fenómenos hidrometeorológicos de “Ingrid” y “Manuel”, que dejaron sin hogar a más de 250 familias de El Balsamar, comunidad de Leonardo Bravo, 150 fueron reubicadas en El Nuevo Balsamar, pero se dicen olvidadas por el gobierno estatal y los gobiernos municipales de Leonardo Bravo y de Chilpancingo.

Señalaron que viven entre calles de terracería, sin escuelas, ni servicios públicos básicos, y se trata de una comunidad “no reconocida”, no por su municipio original ni por Chilpancingo, a pesar de estar ubicada a 15 minutos de está capital.

Bulmaro Cayetano Moso, Comisario del Nuevo Balsamar, informo que han acudido a las autoridades de los municipios de Leonardo Bravo (de donde provienen), y Chilpancingo, “pero no nos quieren reconocer como parte su estructura”.

La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), construyó 250 casas de dos habitaciones, un área de cocina y teja plástica para familias damnificadas a consecuencia de los huracanes Ingrid y Manuel ocurridos en septiembre de 2013.

Debido a las carencias como el agua, energía eléctrica y mala construcción de las calles, 100 casas está en completo abandono, es decir, los propietarios de las mismas no las han habitado porque las circunstancias estructurales no lo permiten.

Por esa razón, los vecinos de ese asentimiento humano “no están reconocidos y mientras eso sucede, las autoridades dicen que no nos pueden apoyar”, dijeron los pobladores del lugar, quienes piden la intervención de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, “por humanidad, no podemos seguir viviendo en estás condiciones”.

Explicaron que por la cercanía con ese municipio, han pedido a Eduardo Neri que los reconozca y los ayude, “pero tampoco quiere hacerse responsable de reconocer a la comunidad, y esque para reconocer el predio implica que tienen que dar un apoyo, que es el miedo de los municipios, hemos andado en muchas reuniones y nadie quiere reconocernos, cómo si fuéramos huérfanos”, manifestó Yesenia Díaz Flores, directora del preescolar “Josefa Ortiz de Domínguez”.

Ese plantel tiene tiene apenas un aula, para atender a más de 21 niños, quienes reciben clases a la intemperie, porque no cuenta con infraestructura educativa.

51 niños de educación primaria reciben clases al aire libre, apenas debajo de una “palapita”, debido a que la comunidad no cuenta con la infraestructura educativa ni sanitarios escolares, por lo que los menores de edad tienen que acudir a sus hogares para sus necesidades fisiológicas básicas, mientras que, 41 estudiantes de telesecundaria tienen como aulas un domicilio particular.

El director de la telesecundaria “Francisco González Bocanegra”, Antonio Salazar López, comentó que ya solicitaron la construcción del plantel y equipamiento, ya que no cuentan con instalaciones propias “estamos laborando en una casa particular prestada por un vecino de la comunidad”.

Los docentes pidieron a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda que a través del Instituto Guerrerense de Infraestructura Física Educativa (IGIFE) se construya la escuela telesecundaria y se equipe.

Dijeron que a casi dos años de haber realizado la gestión “es urgente y necesario las instalaciones propias, porque no tenemos todo lo adecuado para hacer las actividades correspondientes: laboratorio, educación física, los actos cívicos; nos faltan muchas cosas”, lamentaron.

En el caso de la primaria “Raúl Isidro Burgos”, el director señaló que asistieron al IGIFE y en reunión con el Secretario de Educación Guerrero, Marcial Rodríguez Saldaña, no se logró establecer ningún compromiso.

Finalmente, los habitantes de Nuevo Balsamar se quejaron porque al no contar con recibo de luz, porque no tienen ese servicio, tampoco pueden tramitar sus credenciales del INE cuando lo requieren, “no somos de ningún lado y no tenemos nada aunque las autoridades federales hayan informado que entregaron la comunidad en buenas condiciones”, aseguran

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