Por Eduardo Flores Salado
El obispo de Acapulco, Leopoldo González, señaló que en la Semana Santa los actos de violencia se tienen que ver con dolor y pedir para que no vuelvan a repetirse.
Dijo en su comunicado que el próximo viernes, en la tradición de la Iglesia, es el “Viernes de dolores”, y en él celebraremos la fiesta de “Nuestra Señora de la Soledad”, patrona de nuestra Arquidiócesis que ella nos guie a vivir la Pascua de Jesús.
“Madre, permíteme enjugar tu llanto”. Y ella orienta nuestra mirada hacia esos otros hijos suyos, hermanos nuestros, los prójimos de cada día, en cuyo rostro podemos secar sus lágrimas, porque el llanto del hijo es también fuente de lágrimas en el corazón de su madre.
Detalló que en esta semana Santa se debe her también el rostro de tantas familias extorsionadas: el cobro de cuota o de piso, el “impuesto” que exigen algunos grupos criminales por caja de mango o en la compra de algunos productos de abarrote o de subsistencia diaria o de materiales de construcción.
Agregó que son una grave sangría a la economía familiar, dejan un doloroso sentimiento de impotencia y de enojo en las personas que lo sufren y hacen muy frágil el sentimiento de seguridad en la sociedad.
“Para secar las lágrimas de los ojos de todos ellos es necesario que quien cometió tales crímenes y delitos sea puesto, conforme a derecho, en condiciones de no poder seguir cometiéndolos, de recapacitar y reorientar su conducta, y de alguna manera resarcir el daño hecho a las víctimas”,expresó.
Comentó que la impunidad disminuye mucho la seguridad que la presencia de militares y policías pueda dar y que es imposible que nos vigilen a cada uno de los ciudadanos y que estén en cada rincón de los pueblos, ciudades, campos, carreteras.
Si quien comete estos crímenes y delitos mira que lo más probable es que su delito quede impune, basta que vigile que policías y militares no lo vean al realizarlo, aunque estén ahí cerca, finalizó.