Enfoque Informativo
Hay personas de lágrima fácil que lloran con películas o con situaciones emotivas.
Una expresividad emocional que tradicionalmente ha sido considerada “de mujeres” y a la que se ha señalado como un signo de debilidad y cursilería. Sin embargo, nada más lejos de la realidad,llorar es propio de personas emocionalmente fuertes.
No hay nada vergonzoso en sollozar. Es una reacción natural ante un estímulo que nos provoca esas lágrimas, que en ocasiones tanto intentamos esconder. Todo esto ocurre porque asociamos la acción de llorar con lo negativo, pero ¿Acaso no lloramos también de alegría?
Llorar con las películas indica empatía
Las películas nos muestran una ficción que nos hace sentir emociones reales. Por eso, llorar con ellas es un signo de que sabemos empatizar con los personajes que participan en la acción.
Nos ponemos en su piel, sentimos como si fuéramos ellos, vemos la realidad a través de sus ojos, dejamos nuestras circunstancias para trasladarnos a las suyas… Todo esto nos permite comprender su situación. Cuanta mayor sea la carga emocional de la película nuestro cerebro liberará más oxitocina.
Por lo tanto, llorar no es para nada un signo de debilidad, sino más bien una señal de empatía, de que sabemos conectar con los demás, de que podemos sentir en nuestra piel las emociones ajenas y esto nos hace personas emocionalmente fuertes, no lo contrario.
La empatía se encuentra vinculada con las neuronas espejo, las grandes encargadas que hacen posible que nos pongamos en la piel de los demás
Además, las personas que carecen de empatía tienen una gran desventaja en sus relaciones interpersonales. No sabrán conectar ni entender qué puede sentir la persona que está frente a ellas. Esto les provocará serios problemas y conflictos. Conectar con los demás es muy importante para establecer relaciones sanas y que impliquen apoyo.
Llegados a este punto, queda claro que llorar no nos hace más débiles, ¡esto es un mito! Cada vez que te encuentres con una persona que llora por casi todo, ya no la verás como alguien débil, sino que sabrás que es más fuerte de lo que piensas. ¿Tú también lloras con las películas?
Llorar mejora nuestro estado de ánimo
Lo contrario a llorar, creemos que es sonreír. La risa es lo que aumenta nuestro estado de ánimo, lo que nos hace sentir felices y dichosos.
Incluso, en los malos momentos, los expertos dicen que forzarnos a sonreír puede hacer que superemos una situación difícil de forma exitosa, aumentando la confianza tanto en nosotros como en el hecho de que las expresiones fáciles también generan estados de ánimo. De manera que no siempre es al revés, como solemos pensar.
Pero, ¿y si llorar también mejorara nuestro estado de ánimo? Esta fue la conclusión a la que llegaron los investigadores de un estudio realizado por la Universidad de Tilburg. En esta investigación, los psicólogos se dieron cuenta de que las películas más tristes podían mejorar el estado de ánimo de quienes las veían.
Tal vez te muestres contrario a esto o no te sientas para nada identificado. Entonces debes responder a esta pregunta: ¿intentas reprimir las lágrimas cuando lloras con las películas? La investigación concluyó que para que el lloro tuviese el efecto deseado era importante dejarlo fluir libremente.
Las personas emocionalmente fuertes no reprimen el llanto
Durante el estudio se descubrió que al principio las personas se sentían sumamente tristes. Empatizaban con los protagonistas y daban rienda suelta a sus lágrimas. Pero, a medida que pasaban los minutos se iban encontrando mejor. Solamente los que no reprimían su lloro lograban sentir este bienestar, el resto de personas empeoraron su estado.
Por lo tanto, no es negativo que una situación o una película te haga llorar. Esto es un síntoma de las personas emocionalmente fuertes, pero para sacarle el máximo partido debes dejar que las lágrimas fluyan. De alguna manera, actúan como forma de desahogo y aunque te sientas muy mal en un primer momento, luego todo mejora.
Las personas emocionalmente fuertes saben que llorar es positivo para ellas. Gracias a las lágrimas pueden desahogarse, empatizar con los demás y conectar con el resto de personas.
Las personas emocionalmente fuertes no son débiles aunque tú pienses que sí. Quizás ahora seas consciente de que no eras tan fuerte como creías que eras. Reprimirte es el mayor signo de debilidad.