“La dignidad del individuo consiste en no ser reducido al vasallaje por la largueza de otros”. Antoine de Saint-Exupery.

Ya fueron mencionados por el Presidente con grandes posibilidades a sucederlo. Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, Marcelo Ebrard, Tatiana Clouthier y otros. Supongamos que estoy en las mieles del Palacio, en su ánimo y que se le ocurre agregarme en esa lista, y que de pronto me entero de la “buena noticia”, al ver la nota en algun medio de información, en la que se informa que estoy incluido en la lista de las “las corcholatas” del Presidente.

Estuviera donde estuviera, de inmediato me trasladaría al Palacio y sin duda alguna, con humildad, con decencia y con toda la firmeza que aquellas virtudes brindan, le diría: Señor Presidente, le agradezco su mención, pero yo me soy leal primero a mi, porque si no me soy leal, no puedo serle leal a nadie, ni a usted ni a la Patria. Me respeto mucho, me quiero a mi mismo, y guardo los mismos sentimientos por las personas que en su momento quisieran apoyarme, y no puedo permitir por ningún motivo y menos por la posibilidad de que me pueda usted impulsar a ser presidente de México, de aceptar me llame usted por muy presidente que sea, y que me mencione y me presente como una de sus corcholatas, tengo dignidad y valgo mucho más que eso. Podrá despojarme de mi esperanza en ser presidente, pero jamas de mi dignidad. Luego, si tuviera algun cargo público, le etregaría mi irrevocable renuncia y me marcharía.

Los que no me conocen podrán dudarlo, los que si, saben que seria así exactamente.

Lo cierto es que no tengo ni guardo ninguna esperanza, ni deseo alguno al respecto, y una vez expuesto lo que haría en este caso, me pregunto: ¿Dónde está la dignidad de los verdaderamente mencionados? ¿Dónde está su fidedigno amor a si mismos, a su familia, a sus seguidores y a la investidura que pretenden representar? ¿Dónde esta su genuino amor por México? ¿A que nivel de abyección se puede llegar con tal de llegar a esa silla? Entonces me hace pensar en aquella frase que se le atribuye a Maquiavelo: “El fin justifica los medios”. Pero que fin puede valer lo suficiente como para perder la dignidad, yo creo que ninguno, cuando esta no tiene precio que lo valga, y si empezamos a concesionarla, aun en pequeñas porciones, la vida finalmente terminará por perder su sentido. Dicen que en política hay que saber comer sapos, pero ¿que clase de políticos o personas pueden soportar comer sapos, cambiando en realidad su noble profesión por la de verdaderos profesionales del halago? La competencia por el poder no está en objetos para la gente, sino en una competencia de quien halaga más y mejor al Presidente.

¿Estas corcholatas son las cartas fuertes de MORENA?, perdón Señora Sheinbaum, Señores López y Ebrard, pero con esa característica me rompen la idea como sé que a muchos, de que pudieran ser dignos representantes del pueblo de México. No que traguen sapos con tal de obtener el poder, es que pienso que sin dignidad no sabrían que hacer con el. Veo con pena, que cuando el objeto es la obtención del poder, los politicos, ya habrán conseguido su meta, y eso está muy lejos del objeto real que es el de gobernar con sentido común observando el bien del país, y no la continuación de esa gran incongruencia que es la Cuarta Transformación. Incongruencia porque se dijo que los militares regresarían a los cuarteles y ahora es la Institución más poderosa y están en todo, porque nuestro sistema de salud es una vergüenza, por que nuestro nuevo sistema de educación es una retrograda tropicalización del libro soviético “Marxismo y filosofia del lenguaje” escrito en 1929, porque han mentido demasiado, porque no respetan la Ley, porque se pretende derrumbar al INE, porque los otros dos poderes que le son pares, están practicamente sometidos al ejecutivo, en una desmedida y harto peligrosa concentración del poder. No, ni los más fanaticos y convencidos de la 4T, en el fondo de sus conciencias y corazón realmente quieren esto para México, aunque… aún no lo sepan, y desafortunadamente no lleguen a saberlo a tiempo.

México necesita políticos eficaces, inteligentes y capacitados para el después de ganar una elección, políticos leales a si mismos, a su profesión y a México principalísimamente,  antes de lineas ideológicas de partido y mucho menos personales. México necesita un president@ capaz de rodearse con los mejores en sus materias, con la humildad para escogerlos incluso mejores que ella o él en esos rubros, con la confianza de saber escucharlos, y que sepa identificar a los lisonjeros para hacerlos a un lado, sin importar lo mucho que pueda quererlos. Un President@ que no divida, que reconcilie, que una y de gran espíritu, que pueda elevarse por encima de si mismo en aras de políticas lejanas a ocurrencias y en donde la insensatez no gobierne.

Estamos en tiempos muy difíciles para nuestro País, sin duda los más difíciles de nuestra era moderna y post-revolucionaria, tiempos en los que la unidad entre los mexicanos es más importante que nunca, pero no de la unidad de la crítica grosera y estéril hacia MORENA, la 4T y hacia el Presidente. Los que no estamos de acuerdo con sus políticas, resultados y forma de gobernar, debemos buscar la unidad para las coincidencias que son muchas y actuar desde nuestros lugares de influencia. Hay muchos decepcionados que votaron por MORENA y ahora no lo van a hacer, están los indecisos y los abstencionistas, todos estos suman más de 60 millones. Tenemos que hablar con todos, no convencerlos de nada, pero si llamarlos a reflexionar y hacerles ver la importancia y el enorme valor de su voto.

La ideología, el propósito y el rumbo que México está tomando, es muchas cosas, entre las que se incluyen la pérdida de privilegios a los que los mexicanos tenemos derecho, y no me refiero desde luego a temas económicos, aunque si a un mejor nivel de vida al que debemos aspirar, no, me refiero a nuestras libertades, por mencionar solo una, simplemente a poder transitar sin miedo y sin temores por nuestras calles, y que nuestros hijos corran libremente por ellas. Piénsenlo, son muchos los privilegios como este que hemos perdido, y desde luego que no son achacables al 100% al actual gobierno, esta pérdida viene de atrás pero se han aumentado considerablemente, y se nos dijo que desde el 1º de diciembre de ´18, eso se acabaría, “que los maleantes iban a cambiar las armas por tractores”, que desde esa fecha todo iba a cambiar para bien y luego ya de casi 4 años, el panorama está oscuro y el futuro no se ve nada bien.

No, México no necesita corcholatas, ni personas que coman sapos para obtener el poder. México necesita políticos con mucha dignidad, con verdadera y sana dignidad.

Les abrazo.