La idea de que los derechos de la mujer son derechos humanos nació en América Latina. Durante el Congreso Panamericano de Lima, en 1938, fue la primera vez en que las activistas latinoamericanas puntualizaron que los derechos de la mujer van más allá del simple ámbito doméstico, que debían contener otros temas como sufragio, derechos de nacionalidad igualitarios, derecho a ocupar cargos públicos, igual remuneración por igual trabajo, y legislación sobre maternidad.

En esas campañas que llevaron a que en 1945 los derechos de la mujer se incluyeran en la Carta de las Naciones Unidas, las feministas latinoamericanas de países como Uruguay, Argentina, Panamá, Cuba, Chile, México y Brasil fueron fundamentales para el establecimiento de un movimiento internacional, tal como lo documenta la historiadora estadounidense Katherine M. Marino en el libro “Feminismo para América Latina. Un movimiento internacional por los derechos humanos” (Grano de Sal/CIDE, 2021).

Marino documenta en este libro una historia poco conocida, la de las feministas de América Latina que en la primera mitad del siglo XX impulsaron como nadie los derechos de la mujer como derechos humanos, entre las que se encuentran: la médica uruguaya Paulina Luisi (1875-1950), reconocida como la madre del feminismo latinoamericano; la bióloga brasileña Bertha Lutz (1894-1979); la abogada panameña Clara González (1898-1990); la periodista chilena Marta Vergara; la cubana Ofelia Domínguez (1894-1976); y la estadounidense Doris Stevens (1888-1963), además de otras mujeres de México, Argentina y otras naciones.

En 1931, Ofelia Domínguez le escribió a Paulina Luisi: “¡Si pudiéramos nosotras, las mujeres, sacudir nuestro continente!”. A partir de esa frase, la historiadora Katherine M. Marino cuenta la historia de esa sacudida tremenda que dieron las feministas latinoamericanas, “las feministas latinoamericanas son fundamentales porque querían un feminismo que demandaba derechos sociales y económicos, pero también políticos y civiles”, dice la doctora en Historia y profesora asociada en el Departamento de Historia de la Universidad de California, en Los Ángeles.

 

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