Lo primero que pensarás sería, quizá, salvar la compañía. Tras los escándalos por acoso sexual y un ambiente laboral bastante tóxico, los accionistas de Activision-Blizzard comenzaron a abandonar la empresa. Si a esto se suman las protestas de los mismos trabajadores, nos encontramos con una compañía en decadencia, aunque aún muy valiosa. Entonces al salvarla, ¿qué se está salvando? ¿A los trabajadores o a su valor?
Pues a los accionistas. Y uno de los mayores accionistas de esa compañía es el mismo Bobby Kotick, el hombre en la silla de CEO de Activision-Blizzard y de quien se lleva pidiendo la cabeza desde hace tiempo. La versión de Kotick es que la venta de la compañía se hizo porque “se dieron cuenta de que necesitaban a miles de personas para ejecutar sus planes de producción” según sus propias palabras en una entrevista a GamesBeat.
El mismo comunicado de Microsoft asegura que Kotick se mantendrá como cabeza de la división de Activision-Blizzard, pero según fuentes de The Wall Street Journal y Bloomberg, Kotick será removido apenas se concrete la compra. Lo cual es beneficioso para todos. Y eso es lo lamentable: para TODOS.
Los accionistas de Activision-Blizzard verán fuera de su empresa a Bobby Kotick (cosa que llevan pidiendo desde hace tiempo), Microsoft recibirá los juegos de la compañía, los trabajadores mantendrán su empleo y… Bobby Kotick se hará multimillonario. Según se cuenta, éste posee de 3.9 a 4.2 millones de acciones en la compañía. Microsoft está proponiendo pagar 95 USD por cada una de ellas.
Por lo tanto, al concluir la compra, enviarán a este hombre a casa con una patada en el trasero y 408.5 millones de dólares en el bolsillo. Nada mal para alguien que, seguramente, ya no podría conseguir otro trabajo en el medio debido al escándalo que protagonizó. Así que sí: para todos será un trato provechoso de alguna u otra manera.