Enfoque Informativo

Esta famosa ilustración asemeja a la figura de la mujer trabajadora, corresponde a una propaganda estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial

Cuando hablamos del Día Internacional de la Mujer, siempre nos acordamos de la ilustración de una mujer maquillada, con el pelo recogido y el brazo flexionado con el puño en alto y marcando bíceps, acompañado de la frase “We can do it” (“Nosotras podemos hacerlo”). Actualmente, este cartel icónico busca cerciorar la igualdad entre géneros, convirtiéndose en el símbolo principal de la corriente feminista. Sin embargo, su origen e interpretación de esta imagen es totalmente diferente de lo que conocemos hoy en día.

La persona que aparece en la imagen corresponde a Naomi Parker Fraley, una ama de casa de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, y que falleció a los 96 años en Washington hace tres años. “Hoy en día las mujeres de este país necesitan algunos iconos. Si creen que soy una de ellos, estoy feliz de serlo”, aseguró Parker en una entrevista cuando descubrió que ella era la imagen de esta emblemática ilustración.

Además, la vida de Naomi Parker, por aquella época, se asemejaba e identificaba a millones de mujeres estadounidenses, que vivían sometidas y limitadas a las tareas del hogar. Esta imagen fue recuperada cuatro décadas más tarde por los movimientos feministas para reivindicar el papel de la mujer trabajadora.

¿Cuál es el origen de esta imagen?

El ataque de Japón a la base naval de Pearl Harbor propició que las tropas estadounidenses interviniesen en la Segunda Guerra Mundial. Seguidamente, muchos trabajadores de fábricas, la mayor cantidad hombres, se vieron obligados a formar parte del conflicto para luchar por los intereses de su país. Asimismo, esta intervención desencadenó que las industrias se quedasen sin mano de obra debido a la falta de personal.

Por ello, Naomi Parker y miles de mujeres estadounidenses se encargaron de sostener la economía gracias a su desempeño en las fábricas del país, mientras que los hombres se encontraban en uno de los mayores conflictos armamentísticos mundiales. J.Howard Miller fue el pionero de esta propaganda bélica, cuyo objetivo era animar a todas las mujeres norteamericanas para ocupar los puestos de trabajo en fábricas de aquellos soldados que fueron a combatir por su país.

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