Enfoque Informativo

La Bruja del 71 es uno de los personajes más entrañables de la televisión mexicana. Aunque en las aventuras que El Chavo y sus amigos, Doña Clotilde era la representación de una supuesta hechicera que hacía maldades en sus ratos libres, nadie podría negar que su presencia le daba un toque especial a la serie, pues si algo ha quedado claro durante tanto tiempo es que todos los personajes tenían un toque que los hacía diferentes.

Sin embargo, en el caso particular de Doña Clotilde hay una historia todavía más peculiar. La actriz que dio vida a tan entrañable personaje, Angelines Fernández, vivió en carne propia el horror de la guerra. Nacida en el año 1924 en Madrid, España, Fernández formó parte de un grupo guerrillero que se oponía al régimen franquista y apoyaba a la República.

El nombre de la agrupación a la que perteneció Fernández era Maquis. La actriz integró la oposición armada que, generalmente, se refugiaba en las montañas a expensas de recibir un ataque por parte de las fuerzas militares que se adueñaron del gobierno con el respaldo de Alemania e Italia. Con apenas 23 años, María de los Ángeles Fernández Abad (su verdadero nombre) tuvo que dejar su país natal en 1947 debido al triunfo de los franquistas y emprender un viaje atlántico con destino al continente americano. Antes de arribar a México, tuvo un breve paso por La Habana, una versión que ha sido validada por Paloma Fernández, hija de la actriz.

“Entonces, ella necesitaba salir de su paí¬s natal, considerando que su vida era difí¬cil. Llegó a México en 1947 pero nunca fue refugiada. Después vivió en la Habana en lo que arreglaba sus papeles y regresó para trabajar en las pelí¬culas de Cantinflas y Arturo de Córdova”, relató Paloma en una entrevista de 1997 recuperada por El Blog del Chavo del Ocho.

La reyerta que sumió a España en una dictadura de tres décadas desencadenó una ola de exilios. México, con la venia del entonces presidente Lázaro Cárdenas, recibió a más de 25 mil españoles que huyeron de su país debido a la persecución política emprendida por el general Francisco Franco, que detentó el poder del país ibérico hasta el día de su muerte, el 20 de noviembre de 1975. Aunque, como aclaró Paloma Fernández, su madre no contó como tal con la denominación de refugiada.

“Al trabajar en las guerrillas de España, mi mamá fue catalogada como antifranquista, entonces ella necesitaba salir de su país natal, considerando que su vida era difícil. Llegó a México en 1947, después vivió en la Habana, en lo que arreglaba sus papeles y regresó para trabajar en las pelí¬culas de Cantinflas y Arturo de Córdova”, relató Palomo en entrevista con TV Notas.

Después de asentarse en México y participar en diversas radionovelas a principios de los años 50, Fernández dio el salto a la pantalla grande para participar de la época de oro del cine mexicano. Sus papeles en filmes como Maternidad Imposible, El águila negra contra los enmascarados de la muerte, El esqueleto de la señora Morales y El Padrecito, le valieron un amplio reconocimiento en el gremio. Su carrera ya gozaba de un prestigio labrado con generosidad e impecables interpretaciones, pero el clímax de su carrera, el papel que le otorgó la eternidad en la memoria colectiva de los mexicanos, todavía estaba por llegar.

Durante siete años (1973-1980) encarnó a Doña Clotilde, una folclórica habitante de la vecindad del Chavo que estaba enamorada de Don Ramón y que, a pesar de los poderes malignos que le eran atribuidos, dejaba ver cada tanto que en su corazón había bondad, tal y como sucedía en la vida real. Fernández falleció el 25 de marzo de 1994 a causa de cáncer pulmonar.

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