Por Juan José Romero

“El talón de Aquiles” en el estado, sigue siendo el problema de la inseguridad, expresó el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) del estado, Omar Elías Azar Herrera.

Y es que a pesar de que para la economía de los empresarios y comerciantes de Chilpancingo tuvo un repunte durante los dos últimos meses del 2023 por la llegada de acapulqueños que abarrotaron las tiendas y con ello generaron una importante derrama económica, la inseguridad continúa en la ciudad.

Mencionó que el cierre de comercios que se daba hasta septiembre del año pasado es un problema que se notaba muy poco, porque los locales comerciales que quedaban vacíos casi al momento eran ocupados por otros emprendedores que iniciaban otros negocios.

Azar Herrera refirió que por el repunte que se registró en la economía durante los dos últimos meses, este año inicio bien en materia económica, “con un buen repunte económico” y en este sentido dijo tener fe en que “todo siga bien”.

Dijo que los comerciantes y empresarios de Acapulco cuyos comercios resultaron seriamente afectados por el impacto del huracán Otis, muchos de ellos ya reiniciaron actividades, sin embargo “lamentablemente los empresarios no han recibido apoyos por parte de las instancias federales, no ha habido créditos, en un principio se propuso una cantidad importante de créditos pero no han aterrizado, y a más de 2 meses del huracán no hay conocimiento de que los empresarios de Acapulco hayan accedido a créditos”, expuso.

Al respecto, el presidente del CCE advirtió que la economía en Acapulco no se reactivará si los empresarios no son apoyados por los tres niveles de gobierno, ya que sin estímulos fiscales y sin apoyos crediticios será complicada la recuperación económica en el puerto.

Y es que a pesar de las enormes pérdidas que tuvieron los empresarios de Acapulco por el impacto del huracán Otis, desafortunadamente sólo han recibido apoyos minoritarios, pero en general el sector productivo está limitado económicamente “porque no ha recibido lo prometido”.

Otro flagelo para los empresarios acapulqueños, citó Azar Herrera, es la inseguridad que agobia al puerto y como un ejemplo de esto recordó que la primera taquería que abrió en Acapulco tras el impacto del huracán, fue violentada a balazos por el tema de la extorsión, y lo mismo ocurrió con otros negocios que abrieron sus puertas.

Al respecto, enfatizó que evidentemente en Acapulco “hay un reacomodo de los grupos delincuenciales” que afectará sin duda a los sectores productivos, por lo que será necesario que “las fuerzas castrenses se metan a profundidad”, remarcó.

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