“El problema de nuestra época consiste en que los hombres no quieren ser útiles, prefieren ser importantes”. Winston Churchill.

Antes de las recientes elecciones la pregunta era ¿que iba a pasar?, ahora el tema es, ¿que pasó? El análisis debe ser serio y veraz, sin ánimos partidistas, para de ahí definir si habrá o no habrá tiro, es decir, si habrá una competencia real por el poder en el 2024. Pero el análisis serio y veraz, desde luego que no es fácil, la objetividad es harto difícil y tendrá necesariamente la experiencia de quienes hagan este análisis. Es inevitable que quienes lo hagan carguen su opinión ya sea conciente o inconcientemente a favor o en contra. Dicho esto, lejos de un análisis, este texto es exclusivamente mi punto de vista, y desde luego y desde ahora expongo que estará cargado a mi deseo de que “haya tiro”, porque creo que es lo mejor para méxico, no vería nada bien que fuera como en aquel 1976, cuando José López Portillo con un solo voto hubiera ganado aquellas elecciones, debido a que inéditamente, fue el único candidato.

Está más que claro qué hay dos proyectos de país. Uno, el que está llevando a cabo MORENA y sus aliados, y otro, el que pretende la coalición y los grupos que la apoyan. Proyectos ambos muy distintos. Está claro también que MORENA lleva la delantera, y que los pronósticos en lo general nos dicen que para el 2024, MORENA permanecerá en el poder.

El proyecto de país de MORENA, en realidad no es otro que aquel llamado e ideado por el Presidente López Obrador como la Cuarta Transformación (4T) de la vida pública de México. Hasta hoy, hay muchas versiones sobre cual es su significado, pero lo cierto es que incluso muchos cercanos a la 4T, tienen diferentes definiciones, sin embargo, sus premisas son imposibles de no concordar con ellas: Primero los pobres. Cero corrupción. Cero impunidad. No robar, no mentir, no traicionar. Etc. Y digo sus premisas porque las han adoptado como banderas, cuando en realidad son todas ellas una serie de sitios comunes, tan comunes que no son frases que no se hayan dicho en cualquier campaña política, ya sea de una u otra forma, sin embargo las han adoptado como exclusivas cuando ciertamente no lo son, sin embargo, y aquí lo impensable para mi, es que fueron millones de personas que se lo han creído, o se los han permitido hacer como suyas. Esto en una clara linea de izquierda socialista, con sus muy radicales alas por supuesto.

Por la otra parte, la coalición Va por México, tampoco ha lanzado propuestas firmes o claras sobre cual es su proyecto de país, aunque se sobreentiende que es la apertura económica, el libre mercado, mayor participación extranjera en cuanto al desarrollo y crecimiento económico, etc. Y este proyecto, tirado más hacia el centro o derecha, y también claro está, con sus respectivas alas radicales.

Los dirigentes partidistas históricamente han obedecido a una cultura partidista, que a su vez obedece a una serie de hábitos que contienen una inercia también histórica, una de ellas es que no existe una fiel y cercana relación con sus electores. Las desiciones y rutas de los proyectos de gobierno, en realidad son cupulares, son desiciones que se dan dentro de una élite de dirigentes que son quienes llevan las riendas en sus partidos.

En los últimos tiempos, solo ha habido prácticamente una sola persona que ha sabido relacionarse como nadie con los electores, que ha sido el mejor interlocutor e intérprete de las necesidades de esos electores, y que además, ha sabido desarrollar como nadie, una emoción personal entre él y la masa electoral, a grado tal, que claramente supera por mucho a la relación de los dirigentes de su propio partido con sus electores.

Llevando esto a terrenos de personajes populares, podemos hablar por poner un ejemplo,  por un lado de un cantante determinado, muy popular, muy exitoso, lleno de giras, discos de oro, de platino, reconocimientos aquí y allá, con llenos en todas sus presentaciones, etc., etc., y por el otro, simplemente a José José o a Juan Gabriel. Aquel cantante, es en definitiva admirado, incluso querido, pero no amado como los dos últimos. Este tipo de personajes son contados con los dedos de una mano.

Este es el caso de Andrés Manuel López Obrador. No podemos negar su gran carisma, como tampoco, que ha trabajado como ninguno en el recorrido por todo el país. No sé de ningún político que pueda jactarse como él de haber visitado todos los municipios de México. Es basado en estos y algunos otros factores, como la tenacidad y el responderle al “pueblo” en su idioma,  que nuestro Presidente luego de dos intentos, finalmente llegó al poder de una forma avasalladora.

Lo cierto es que poco a poco en 18 años fue creciendo y ganando las voluntades de cada vez más personas, principalmente de las mayorías de nuestro país, las que desafortunadamente viven en una dolorosa pobreza, de los adultos mayores, de los pobrísimos, olvidados y desposeídos. Ahí está su gran base, su mayor bastión, a los que supo despertarles muy bien la emoción de la esperanza.

Luego vino una gran parte de la clase media, media baja, media/media e incluso alguna parte de la media alta. Esto en el 2018 le sumó 30.1 millones de votos. El Presidente más votado de la historia.

En las recientes elecciones estatales, estuvieron en la contienda 6 estados, ganando MORENA 4 entidades y la oposición solamente 2. En términos futboleros, etaríamos hablando de una goliza, de la que los dirigentes de MORENA presumen, y que los de la oposición, dicen que a pesar de perder en 4 estados ganaron en dos. Son positivos pues. Sin embargo, lo cierto es que de 6 perdieron 4 y por donde se le quiera ver, es una derrota.

CONTINUARA….