Por Alejandro Ortiz

El Gobierno de México, confirmó el hallazgo, de vestigios fosilizados

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, confirmó el hallazgo en un poblado de Alcozauca, Guerrero, de vestigios fosilizados de un gonfoterio, mamífero parecido al elefante que vivió hace 23 millones de años.

A través de un comunicado, el INAH confirmó que especialistas de la institución acudieron el pasado 30 de mayo al poblado de Cuyuxtlahuác, municipio de Alcozauca, en los límites con el estado de Oaxaca.

Y es que desde el año pasado, los habitantes de dicha localidad localizaron y resguardaron presuntas piedras de formas inusuales, en los márgenes del río.

Fueron los expertos Jorge Cervantes y Antonio Hermosillo, del INAH Guerrero, quienes acudieron a la zona y tras una revisión confirmaron que se trataban de restos fosilizados.

“Los expertos realizaron un examen visual al material óseo recuperado: fragmentos de costillas, cuerpos vertebrales completos, una sección de rama mandibular con molares insertos, fragmentos de otros molares y dos segmentos de incisivos”

“Resultado de este análisis, se concluyó que, por la morfología de los molares y los incisivos, los restos corresponden a un gonfoterio de Cuvier, especie que ha sido identificada desde el sur de Estados Unidos hasta Sudamérica y que alcanzaba entre 2.50 y 2.70 metros de altura”.

Según datos del INAH, los gonfoterios fueron mamíferos que vivieron hace 23 millones de años, parecidos a los elefantes, y que llegaron a América procedentes de Asia a través del estrecho de Bering; en América evolucionaron y han sido hallados vestigios en todo el continente.

En Guerrero se han encontrado vestigios de este mamífero en las localidades de: San Juan Unión (Taxco de Alarcón), Zumpango del Río (Eduardo Neri), Chichihualco (Leonardo Bravo), Ayahualulco (Chilapa de Álvarez), San Miguel Cuixapa Centro y Río San Marcos (Zapotitlán Tablas).

El gonfoterio de Cuvier, un proboscídeo de cuyos ancestros se han encontrado fósiles en México de más de 10 millones de años, el Cuvieronius tropicus prosperó en Norte, Centro y Suramérica por al menos los últimos 3.7 millones de años hasta que alrededor de 10,000 años atrás este paquidermo enfrentó su extinción.

Con 2.70 metros de altura al hombro y un peso que pudo superar las 5 toneladas, tenía una apariencia similar a la de los elefantes actuales pero con un cuerpo más robusto, alargado, patas cortas e importantes diferencias se encuentran en sus piezas dentarias con defensas que describen una forma espiral y sus molares con cúspides robustas que le permitieron alimentarse de hojas y ramas de arbustos y árboles en sitios por lo general a gran altitud sobre el nivel del mar dentro de bosques de coníferas, tropicales, matorral, bosques de espina y sitios con vegetación acuática.

Esta especie, el C. tropicus, el último de los Cuvieronius llegó al final del Pleistoceno y al parecer encontró en México un último refugio, bastante cerca de donde se han hallado los gonfoterios americanos más antiguos de su género.

Seguramente el hombre, recién llegado a América fue un factor clave en la desaparición de estos proboscídeos, aunque por supuesto el calentamiento global que ocurría en ese entonces ya tenía bajo mucha presión a este y a todos los demás representantes de la megafauna americana.

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