El expresidente de México, Felipe Calderón, dijo este viernes estar orgulloso de sus raíces indígenas y españolas, que ve indivisibles, y pidió no caer en la trampa de quienes quieren dividir y provocar.
El antiguo mandatario intervino en una reunión de los conservadores españoles del Partido Popular, el principal de la oposición, cuyo líder, Pablo Casado, volvió a defender la hispanidad y aseguró que no se debe pedir perdón por una historia común.
“Yo soy orgullosamente mexicano, mi bisabuela era una indígena purépecha; el propio presidente (actual) de México (Andrés Manuel López Obrador), su abuelo es cántabro”, dijo Calderón en alusión a la región española de Cantabria.
Según Calderón, la polémica abierta por la petición de México de que España pida perdón por los crímenes de la conquista de América es una “cortina de humo” para tapar la criminalidad, el “nulo crecimiento”, la “complicidad y la corrupción con criminales” y el “pésimo manejo del covid” que ve en el Gobierno mexicano.
Calderón reivindicó sus raíces, de los jesuitas de Michoacán, de la protección del dominico español Francisco de Vitoria a los indígenas o de las “bendiciones” de Vasco de Quiroga (primer obispo de Michoacán).
Y agregó: “Y sí, también, por supuesto que aborrezco y maldigo las atrocidades de Nuño de Guzmán” (gobernador de Nueva Galicia).
La controversia se avivó el jueves cuando el expresidente conservador del Gobierno español José María Aznar (1996-2994) defendió la hispanidad frente al “indigenismo”, que consideró el “nuevo comunismo” de Latinoamérica, e ironizó sobre el origen del nombre y los apellidos de López Obrador.