Enfoque Informativo
La agudeza cognitiva generalmente comienza a declinar entre los 30 y los 40 años, acentuándose con la edad
La búsqueda de la eterna juventud es una constante en parte de la población alrededor del mundo. Desde cirugías estéticas hasta rituales, hacen parte de los métodos aplicados por quienes quieren prolongar durante mucho más tiempo la vitalidad, la fuerza e incluso la belleza, características de la juventud.
En medio de este panorama un equipo de científico de la Universidad de Oxford, encontró una manera sencilla de hacer que el cerebro humano funcione como si tuviera hasta tres décadas menos.
En el estudio titulado “El impacto del aprendizaje de múltiples habilidades del mundo real en las capacidades cognitivas y la independencia funcional en adultos mayores sanos” las científicas Rachel Wu y Jessica A. Church, exponen las razones detrás de la pérdida de vitalidad mental incluso en edades tempranas.
La Clave
La agudeza cognitiva generalmente comienza a declinar entre los 30 y los 40 años, acentuándose con la edad, la capacidad para procesar información se ralentiza, al tiempo que la memoria empieza a disminuir pero este estudio sugiere que es posible recuperar una mente ágil, incluso a edades avanzadas.
Según las investigadoras Rachel Wu y Jessica A. Church, este declive cognitivo podría relacionarse más con la falta de aprendizaje que con factores biológicos. Explican que la capacidad cognitiva se desarrolla mejor durante los años escolares y universitarios al consolidarse como una etapa de la vida de aprendizaje continuo e ininterrumpido.
De esta manera, la capacidad cognitiva se ve disminuida cuando se deja de exponer al cerebro a nuevos conocimientos y habilidades pues “Una vez finalizada la educación formal y la capacitación laboral, muchos adultos experimentan años, sino décadas, de oportunidades de aprendizaje reducidas o inexistentes.” aseguran las expertas.
Para soportar esta tesis, las investigadoras llevaron a cabo un experimento con un grupo de 33 adultos entre los 58 y los 86 años quienes participaron en clases semanales de dos horas cada una, destinadas a aprender tres nuevas habilidades: canto, dibujo y un nuevo idioma.
Al final del programa de tres meses, los resultados fueron sorprendentes: “mejoró la memoria y la atención de los participantes de manera tan drástica que sus habilidades llegaron a parecerse a las de adultos 30 años más jóvenes al final del programa. Y sorprendentemente, continuaron mejorando mucho después de que terminaron las clases.” aseguran Wu y Church en su columna de opinión en el portal Scientific American.
Los resultados positivos, incluso posteriores al experimento, se podrían atribuir, según las investigadoras, a la estimulación recibida por los adultos a continuar aprendiendo y practicando nuevas habilidades en la vida diaria, prolongando así los efectos positivos de la exposición del cerebro a nuevos aprendizajes.
Estos resultados sugieren que el aprendizaje constante puede ser una herramienta poderosa para rejuvenecer la mente en adultos mayores. Además, desafían la creencia común de que el declive cognitivo es inevitable con el envejecimiento.
El estudio plantea importantes implicaciones para la educación en la edad adulta inspirando un enfoque más proactivo hacia el aprendizaje continuo y fomentando la adquisición de nuevas habilidades y el desarrollo intelectual a lo largo de la vida y no sólo en la edad temprana.
“Los educadores y científicos saben bastante sobre cómo hacer esto para niños y adolescentes, y podemos adaptar ese conocimiento para mejorar las oportunidades existentes y desarrollar nuevas oportunidades de aprendizaje desafiantes, útiles e inclusivas para adultos.” puntualizan las investigadoras.
Esto no solo podría mejorar la calidad de vida de los adultos mayores, sino también cambiar la forma en que se ve y se aborda el envejecimiento.