Enfoque Informativo

Sólo el 1.5% de los mexicanos cuenta con una previsión funeraria, por lo que la muerte de un ser querido representa la mayoría de las veces un gasto inesperado para las familias

Día de Muertos es una de las celebraciones que distinguen a México y una de las más famosas en el mundo, pues ha llegado a ser reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco; irónicamente, el tema de la muerte sigue siendo un tabú y prueba de ello es que el 98.5% de los mexicanos no tiene una previsión funeraria.

De acuerdo con las “Estadísticas de Defunciones Registradas 2021″ del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el año pasado se registraron de manera preliminar 1 millón 117 mil 167 fallecimientos, la mayor cifra consignada en parte por los decesos a consecuencia de la pandemia por Covid-19.

Del total de los decesos, el 57.6% de los fallecidos eran hombres y el 42.3% eran mujeres mientras que, por grupos de edad, el de las personas de 65 años y más concentró el mayor número de muertes con un 56 por ciento.

Pese a que en México hay un culto muy particular por la muerte, la gente no suele pensar en los gastos de prevención de la defunción propia o de un ser querido, por lo que la mayoría de las veces un suceso de este tipo puede tomar por sorpresa “al bolsillo”, pues para dar un descanso digno a quien se va “al más allá” se puede llegar a gastar hasta $70,000 pesos.

Entre los trámites que se deben hacer cuando una persona fallece está el trámite del certificado de fallecimiento; posteriormente, la familia deberá solicitar una orden de inhumación o de incineración, así como el acta de defunción que debe emitir un juez del Registro Civil.

Como último paso, se deben de contratar los servicios funerarios que mejor convengan según sean las creencias, las costumbres, los deseos del difunto y el presupuesto que se tenga, sin embargo, es importante verificar que cada uno de éstos estén debidamente registrados ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), la Secretaría de Salud, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la Comisión Federal de Riesgos Sanitarios (Cofepris) o ante el municipio/alcaldía.

En la Norma Oficial Mexicana NOM-036-SCFI-2016 se establece que un servicio funerario consiste en el manejo, tratamiento, acondicionamiento y traslado, entre otros, que se prestan desde que ocurre el fallecimiento de una persona, hasta su destino final.

Las agencias funerarias, ya sean públicas o privadas, ofrecen diversos paquetes de uso inmediato o a futuro que pueden incluir: ataúd, féretro o urna; recepción y traslado del cadáver; preparación estética del cuerpo; embalsamamiento, uso de capillas o equipo de velación; traslado; servicio de inhumación; derecho de uso de lotes, fosas, criptas, nichos, osarios, para depositar los restos; colocación de lápidas, monumentos o placas.

Acta de defunción

El primer trámite que se necesita hacer cuando una persona fallece es obtener el certificado de defunción, mismo que se podrá obtener dependiendo la causa de muerte.

Si una persona murió por causas naturales en una institución médica o en su domicilio, el personal médico será quien lo emita; por el contrario, si falleció por hechos no naturales, entonces se debe notificar al Ministerio Público, dependencia que hará las investigaciones correspondientes y luego expedirá el certificado.

Luego se podrá tramitar el acta de defunción. El costo para obtener este documento dependerá también de la entidad en donde muera la persona, siendo Querétaro el estado más caro con un costo de $361.00 pesos si el trámite se realiza en día inhábil; mientras que hay otros que lo generan de forma gratuita como Baja California, Campeche, Guanajuato, Sinaloa y Tabasco.

Inhumación

De acuerdo con el “Sondeo de precios y características de paquetes funerarios” realizado en 2019 por la Profeco, el precio con Impuesto sobre Valor Añadido (IVA) de un paquete funerario básico con servicio de inhumación puede ir de los $3,000 pesos a los $45,000 pesos.

Para hacer la medición, la Profeco consultó 138 establecimientos en seis entidades y encontró que el 26.1% de ellos ronda entre los $6,001 a $9,000 pesos; seguido del 23.9%, que va de los $9,000 a los $12,000 mil pesos.

Posteriormente, el 13% de los establecimientos tiene el paquete básico con servicio de inhumación que va de los $12,001 pesos a los $15,000 pesos; seguido de otro 12.3%, el más barato, que contempla precios de los $3,000 a los $6,000 pesos.

Cremación

El sondeo de la Profeco, realizado antes de la pandemia de coronavirus, también contemplaba las características y los precios de un paquete funerario básico con servicio de cremación.

De 131 establecimientos analizados se tiene que el 38.4% de los negocios ofrecen el servicio básico de cremación con precios que oscilan los $9,001 a los $12,000 pesos; a este le sigue los que lo ofertan entre los $12,001 a los $15,000 pesos (17.4%); seguido de los de $15,001 a los $18,000 pesos (14.5%).

Por otro lado, sólo el 9.4% de las funerarias lo ofrece entre los $6,001 y los $9,000 pesos, el precio más bajo registrado para este paquete; mientras que el 6.5% lo da con precios que rondan los $18,001 a los $25,000 pesos; el 5.8% lo tiene entre $25,001 y los $35,000; y el 2% de los establecimientos lo oferta entre $35,001 a los $45,000 pesos.

Precios por fosas

Sobre la venta o uso de fosas para inhumación, independientemente de un paquete, los precios pueden oscilar entre los $4,000 a los $70,000 pesos mexicanos.

Según Profeco, de los establecimientos considerados en el sondeo el 31.4% vende la fosa en precios que oscilan de $1,000 a $4,000 pesos; el 14.3% lo oferta entre $4,001 a $8,000.

El 11.4% de los locales encuestados las vende de $8,001 a $12,000 pesos, de $22,001 a $32,000 pesos y de $32,001 a $42,000 pesos, respectivamente.

Finalmente, un 8.6% dijo venderlas por un precio de $42,001 a $52,000 pesos y de $52,001 a $70,000 pesos, respectivamente; mientras que sólo el 2.9% lo hace por cantidades que van de los $12,001 a los $22,000 pesos.

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