Si el Instituto Nacional Electoral (INE) no quiere hacer la consulta de revocación de mandato, los ciudadanos pueden hacer ese proceso, aun cuando los resultados no sean vinculatorios, señaló el presidente Andrés Manuel López Obrador, al reprochar al organismo poner al dinero como pretexto para todo.

Señaló además que si los consejeros electorales tuvieran información acerca de una baja aceptación del Presidente, a lo sumo de 35 o 40 por ciento, ya estarían promoviendo afanosamente la consulta.

A pregunta directa de la prensa, el mandatario no vio mal incluso una eventual salida o sustitución de los consejeros por no realizar la encomienda constitucional relacionada con la consulta de revocación, programada para el 10 de abril próximo.

“La democracia la hace el pueblo, no los aparatos administrativos. Corresponde al INE hacerlo, además es un mandato constitucional, pero, si se negaran, los ciudadanos podrían hacer la consulta, se organiza el pueblo”, advirtió.

Luego de que en votación dividida el INE acordó la semana pasada “posponer temporalmente” la organización de la citada consulta, el mandatario afirmó que ante esas “tácticas dilatorias, no muy serias que digamos”, habrá que esperar la resolución del Poder Judicial de la Federación –al cual pertenece el tribunal electoral federal– y de la propia sociedad civil.

Más adelante, el mandatario hizo énfasis en que la democracia debe llevarse a la práctica y, por tanto, no puede estar secuestrada ni supeditada a ningún grupo o aparato burocrático.

Por tanto, propuso, en caso de que no prosperen las quejas en el Poder Judicial, respecto a la actuación del INE, que en cada municipio se integre un comité ciudadano, con personas de inobjetable honestidad.

Y así “todos participan, y consiguen las mesas y las cajas, las papeletas y a votar y a contar votos”, señaló.

Recordó que de esa manera, hace 22 años, se hizo la consulta ciudadana en la que se repudió el Fobaproa, esto es, convertir deudas de banqueros en deuda pública que significó para el país, en principio, una carga de un billón de pesos, y no los 125 mil millones que informó el entonces presidente Ernesto Zedillo.

Con ello se enviaría un mensaje al INE de que no podrá boicotear la consulta. “Sí, sí, sí – respondió– es una lección de democracia”, ante una obligación constitucional.

En la consulta de 2022 se le preguntaría a los ciudadanos si quieren que el presidente López Obrador concluya su sexenio o se vaya.

Al respecto, el mandatario agradeció al pueblo su confianza “y quieren que continuemos”, aunque dejó en claro que, en tal supuesto, el sólo se quedaría hasta septiembre de 2024, final de su administración.

Insistió entonces en que se retirará por completo de la vida pública ese año al grado de que apenas si recibirá a sus hijos y nietos, y no hará pronunciamientos de ningún tipo “ni en casos lamentables de amigos”; el objetivo, subrayó, es entregar la estafeta a una nueva generación porque, además, es el presidente de más edad que ha tenido México, por lo cual sus adversarios le dicen que está chocheando.

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