Enfoque Informativo

El huevo es indispensable en la mesa de México. Es tan versátil que puede quedar con cualquier ingrediente.

Es tan fácil de cocinar que, el huevo revuelto, es de las primeras recetas que nos enseñan. Es tan nutritivo que nos llena de energía con tan solo comer uno. Es tan genial que tiene su propio día en el calendario.

El huevo domina México

De acuerdo con la Scretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), México es, desde 2019, el 4° productor mundial de huevo con más de 2.77 millones de toneladas anuales. Esto significa que un huevo de cada 27 que se producen en el mundo es orgullosamente mexicano.

No conforme con ello, es también uno de los países que más lo consume, pues gracias a una investigación de la Unión Nacional de Avicultores, se estima que un mexicano promedio consume 345 huevos al año, lo que se traduce en 26 kilos al año.

¿Importa la diferencia de color en el cascarón?

Una duda que suele rondar las mentes de quienes consumen huevo es si hay una diferencia sustancial entre los huevos de color blanco y los de color bronce. La realidad es que ninguno es mejor que el otro. Solamente se diferencian por el tono del cascarón y por el color del plumaje de la gallinita que los puso, esta es la razón por la que son diferentes externamente.

Evidentemente, las gallinas de plumaje blanco ponen huevos de este color, y las de plumaje blanco ponen huevos con colores más bronceados. Lo que sí sucede es que, un huevo puede ser mejor que el otro dependiendo de la calidad del alimento con el que se alimenten las gallinas en las granjas o los centros avícolas. Entre mejor coman las gallinitas de postura, mejores nutrientes tendrá el huevo y, por ende, quien lo consuma.

¿Comer huevo aumenta el colesterol?

Un mito que también recorre a los huevos es que son peligrosos porque pueden elevar los niveles de colesterol en nuestro cuerpo. La realidad es que, aunque la yema es rica en colesterol, comer un par de huevos tiene un impacto casi nulo en el nivel total de colesterol en sangre.

Lo que si debes de tener en cuenta es que con lo que acompañes tu huevo sí puede aumentar el nivel de colesterol. Es decir, si comes una ensalada con huevos duros o un par de huevos revueltos para el desayuno no afectará demasiado, pero si preparas huevos fritos con aceite y tocino, es probable que sí pueda afectar tu organismo eventualmente.

¿Cómo almacenar huevo correctamente?

Si te preguntas si es mejor idea almacenar huevos en el refrigerador o en una cesta en tu cocina la respuesta es “depende”. La importancia de almacenar correctamente los huevos gira en torno a que los cambios de temperatura pueden afectar la composición del huevo y permiten que se desarrollen bacterias o microorganismos que pueden intoxicarnos.

Considera los siguiente: si consumes huevos de manera frecuente y en tu hogar no hay cambios drásticos de temperatura durante el día y la noche, puedes dejar tus huevos en una cesta en la cocina. Preferentemente este procedimiento es para consumirlos en menos de 10 días.

En cambio, si piensas que hay cambios de temperatura drásticos o tardas un poco más en comer los huevos que compras, considera guardarlos en tu refri. Esto con el fin de mantener una temperatura constante, lo verdaderamente importante. ¡Cuidado! La puerta del refri no es buena idea porque suele cambiar de temperatura. Déjalos en un lugar más interno de tu refrigerador.

¿Por qué el huevo se utiliza para muchas recetas?

La Universidad Autónoma de La Plata asegura que la respuesta a esta pregunta radica en la composición del huevo: Completo, el huevo tiene proteínas que permiten ligar partículas de distintos ingredientes. Lo que resulta en la formación de masas más homogéneas y permiten que lo que cocinemos sea firme. También sirve para fijar sabores como el limón, la vainilla, la sal o la canela.

La yema, por ser un emulsionante, permite la mezcla de ingredientes que no pueden combinarse fácilmente. De esta función sale la mayonesa o varias salsas. Por su parte, la clara permite espumar al atrapar partículas de agua cuando se bate. Es por eso que solo se utiliza la clara en merengues o pasteles muy esponjosos, como el japonés.

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