Más del 40 por ciento de los niños de un estudio que dieron positivo a covid-19 desarrollaron síntomas neurológicos, por lo que fueron más propensos a requerir cuidados intensivos, en comparación con aquellos que no los desarrollaron, informó la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh.

El estudio, publicado en la revista Pediatric Neurology, revela que estos hallazgos preliminares son los primeros conocimientos del brazo pediátrico de GCS-Neurocovid, un consorcio internacional multicéntrico que tiene como objetivo comprender cómo covid-19 afecta el cerebro y el sistema nervioso.

¿Cómo afecta a los niños?

“El virus SARS-CoV-2 puede afectar a los pacientes pediátricos de diferentes maneras: puede causar una enfermedad aguda, donde la enfermedad sintomática aparece poco después de la infección, o los niños pueden desarrollar una afección inflamatoria llamada MIS-C semanas después de eliminar el virus”, dijo la autora principal del estudio, Ericka Fin.

Las manifestaciones neurológicas más comunes relacionadas con covid-19 aguda fueron dolor de cabeza, encefalopatía aguda y convulsiones, mientras que los jóvenes con MIS-C con mayor frecuencia tenían dolor de cabeza, encefalopatía aguda y mareos. Los síntomas más raros de ambas afecciones incluyeron pérdida del olfato, deterioro de la visión, accidente cerebrovascular y psicosis.

El análisis mostró que las manifestaciones neurológicas eran más comunes en los niños con MIS-C en comparación con aquellos con SARS-CoV-2 agudo, y los niños con MIS-C tenían más probabilidades que aquellos con enfermedad aguda de tener dos o más manifestaciones neurológicas.

Según Fink, el equipo lanzó recientemente un estudio de seguimiento para determinar si el SARS-CoV-2 agudo y el MIS-C, con o sin manifestaciones neurológicas, tienen efectos duraderos en la salud y la calidad de vida de los niños después del alta hospitalaria.

“Otro objetivo a largo plazo de este estudio es construir una base de datos que rastree las manifestaciones neurológicas a lo largo del tiempo, no solo para el SARS-CoV-2, sino también para otros tipos de infecciones”, agregó. “Algunos países tienen excelentes bases de datos que les permiten rastrear y comparar fácilmente a los niños que están hospitalizados, pero no tenemos ese recurso en los Estados Unidos”, dijo Ericka Fink.

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