Enfoque Informativo
Están ubicadas en las patas y su objetivo es soportar toda la actividad del animal. La importancia de garantizar su correcto mantenimiento
El cuidado responsable de nuestros perros incluye tener en cuenta desde la alimentación, las vacunaciones y su salud integral pasando, sin dudas, por la protección de sus patas y en especial de sus almohadillas plantares.
Las almohadillas en las patas de los perros están diseñadas para soportar toda la actividad del animal y es por eso que debemos garantizar su correcto cuidado, por ser una zona sensible a la que hay que prestar especial atención.
Estas almohadillas digitales requieren no solo cuidados sino también mantenimiento. La gran recomendación general es evitar los paseos en las horas de más calor y revisar periódicamente, observando que los perros no presenten llagas ni heridas en las almohadillas palmares o plantares. Estas almohadillas serían para ellos algo similar a las plantas mejoradas de nuestros pies. El tipo de suelo por el que camine el animal influye mucho en este aspecto, sobre todo en los perros muy activos o aquellos que acompañan a sus tutores hacen largas caminatas.
Frente a alguna herida o lesión en las almohadillas, lo que se debe hacer es acudir rápidamente al médico veterinario de confianza para que el facultativo pueda valorar en persona la gravedad de la lesión y actuar en consecuencia.
Si puntualizamos los consejos específicos para cuidar de las almohadillas de los perros, podríamos resumirlos en las siguientes recomendaciones.
–Evitar los paseos en las horas de altas temperaturas ambientales o en las playas en verano. Esta es la causa que más problemas genera en las almohadillas porque el asfalto o la arena alcanzan temperaturas muy elevadas que pueden quemar, literalmente, la superficie de contacto provocando importantes lesiones.
–Revisar periódicamente las manos y las patas, particularmente las almohadillas, observando que no haya llagas ni heridas punzantes o cortantes. Para ello, es recomendable establecer una rutina para examinarlas en un ambiente de absoluta tranquilidad, en los mismos horarios y situaciones similares todos los días.
-No exponer a los animales jóvenes a grandes paseos de manera brusca y abrupta, pues sus almohadillas seguramente no estarán lo suficientemente curtidas para aguantar determinadas distancias. Lo recomendable es planificar con el perro una rutina de paseos más largos, de forma creciente y gradual.
–Utilizar regularmente productos comerciales o formulaciones magistrales para el cuidado, tratamiento o mantenimiento de la salud de las almohadillas que podrá recomendarnos o formular nuestro médico veterinario de confianza.
A tal efecto, existen cremas y pomadas que ayudan a mantener un correcto grado de hidratación, tersura y resistencia, evitando el desgaste excesivo y la aparición de lesiones. Debido a la elevada sensibilidad de las almohadillas de los perros, existen estos productos especialmente diseñados para protegerlas, ya sea en forma de loción curtiente en spray o en crema evanescente. Están especialmente indicados para perros muy activos, sometidos a ejercicio intenso o que transitan sobre terrenos exigentes o superficies abrasivas, como el asfalto, la arena o la nieve. También son ideales para perros con almohadillas sensibles o dañadas.