Enfoque Informativo
Los militares en la plaza sabían todo de Guerreros Unidos porque los espiaban con Pegasus y tenían relaciones muy estrechas, afirman los expertos en su tercer informe
Algunos de los 43 normalistas desaparecidos estuvieron vivos hasta ocho días después de La Noche de Iguala, cuando fueron privados de su libertad por fuerzas de seguridad del gobierno, aseguró Carlos Beristain, uno de los integrantes del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), que desarrolla una investigación paralela a las pesquisas de la Fiscalía General de la República.
Fue Ángela Buitrago quien sustentó esa conclusión al afirmar que el Ejército espiaba a Guerreros Unidos con la aplicación Pegasus, por medio de la cual todavía el 4 de octubre del 2014 se enteró que los delincuentes preguntaban “dónde había que mandar a los jóvenes”.
Al presentar este jueves su tercer informe del caso, el GIEI hizo esa y otras aseveraciones, que discrepan de informaciones presentadas por las autoridades al respecto; señala resistencia del Ejército para dar información y critica la detención “apresurada” del exprocurador Jesús Murillo Karam.
Insistió en que el comprobado trasiego de drogas a Chicago, Illinois, Estados Unidos, en autobuses de pasajeros, “podría explicar por qué se habrían desencadenado los hechos y por qué el nivel de violencia y también por qué el nivel de encubrimiento”.
Advirtió que “todo apunta a que el GIEI ya no va a continuar con las investigaciones porque el gobierno federal no ha renovado el acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, pese a que así lo han solicitado padres y madres de los 43”.
Francisco Cox, otro integrante del GIEI, subrayó que el incidente más grave en el desempeño de la FGR ha sido la cancelación de las órdenes de aprehensión solicitadas por la Unidad Especial del caso Ayotzinapa contra militares y exfuncionarios de Guerrero, sin consentimiento del fiscal Omar Gómez Trejo, quien debdo a eso presentó su renuncia.
En su participación, Claudia Paz y Paz dijo que hay evidencia en diversas conversaciones de comunicación interceptadas, de actividades conjuntas entre narcos y militares, lo cual confirma una relación cercana del grupo criminal Guerreros Unidos con el Ejército y con la Marina, a la que también se menciona, lo cual debe ser investigado.
“Se hace una mención específica de militares. Se menciona que se hacen jales de manera conjunta, se lee literalmente (…); también hay al menos cuatro mensajes en los que refieren a comidas, no sabemos su sentido, brindadas a militares y en las que sabemos que comieron juntos”, dijo.