José Ureña

En las alturas del poder se habla de otro reacomodo.

Movimientos en niveles medio de varias estructuras sin afectar a los actuales titulares y mucho menos modificar las políticas sectoriales.

Hay una razón de fondo para no cambiar: en Palacio Nacional hay satisfacción plena con lo realizado hasta ahora y así seguirá la administración.

Si hay inconformidad social en algo, la culpa es de otros, como ha responsabilizado el Presidente en temas de seguridad y justicia a los estados.

Por ejemplo, dijo el 19 de octubre de los fiscales:

“Esto lo tienen que resolver las autoridades locales y tener un poco de vergüenza, porque si ya llevan seis años y no hay buenos resultados, pues hay que tener dignidad y decir ‘ahí está mi renuncia’, ya me voy’”.

Bueno, este Gobierno cumplió 4 años el 1 de diciembre.

Dos fiscales en especial escuecen al Presidente:

El guanajuatense Carlos Zamarripa, a quien echó encima inclusive a la Unidad de Inteligencia Financiera sin encontrar elementos para procesarlo.

Y el morelense Uriel Carmona, contra quien no han podido él y el gobernador Cuauhtémoc Blanco, para proceder contra el exmandatario perredista Graco Ramírez.

En síntesis, no se habla de cambios en el gabinete ni de modificación de estrategias.

PARTIDO Y CANDIDATURAS

El objetivo es otro.

Se trata de proyectar desde ahora, mayoritariamente tabasqueños, a quienes ocuparán funciones importantes más adelante en este sexenio o el próximo.

Algunos incondicionales, como Adán Augusto López, tienen autonomía para reforzar su equipo y operar de manera más eficiente en momentos complicados.

Porque las elecciones del 2023 y 2024 no serán tranquilas en ninguno de los escenarios, si el lopezobradorismo se reafirma o la oposición se fortalece.

La tabasqueñización también lleva a fortalecer la estructura del partido oficial con cuadros para dirigirlo o bien para ser postulados como candidatos a diferentes cargos.

Los más destacados en esas posiciones serán los candidatos a gobernadores, senadores y diputados, mientras otros competirán por cargos más locales: alcaldías, regidurías y diputaciones estatales.

Esa será la trascendencia de anuncios secundarios a partir de la segunda mitad de diciembre y principios de año, siempre con López Obrador al timón.