Enfoque Informativo
A unos 30 kilómetros de la costa de Sao Paulo, en Brasil, se encuentra uno de los lugares más peligrosos del mundo.
De hecho, el acceso está prohibido salvo con un permiso especial para científicos y aquel que se atreviera a hacerlo tendría bastante difícil sobrevivir. Hablamos de la Isla de la Quemada Grande, también conocida como la Isla de las Serpientes.
Se trata del hogar de la llamada serpiente de la Isla Quemada, cuyo nombre científico es Bothrops Insularis. De un característico color amarillento y una longitud que puede llegar hasta los 70 centímetros, es uno de los animales más peligrosos del planeta debido a su veneno potencialmente mortal y no es difícil cruzárselo en este lugar, ya que se estima que hay entre uno y cinco por cada metro cuadrado.
La isla tiene 430.000 metros cuadrados (43 hectáreas), así que con un ligero cálculo valdría para saber que puede haber millones de este tipo de serpientes.
El hecho de que solo habite en esta isla, aunque sea en abundancia, hace que este reptil se encuentre en peligro de extinción. Lo curioso es la forma en la que llegó a convertirse en un animal cuyo veneno sería capaz de derretir la piel de quien resulte atacado.
Ilha da Queimada Grande or Snake Island has a huge population of highly venomous snakes that were trapped there when sea levels rose. pic.twitter.com/EXdFX3gF7I
— Nature Is Weird (@NaturelsWeird) October 13, 2018
Se cree que, hace aproximadamente unos 11.000 años, el nivel del mar subió cortando cualquier comunicación entre la Isla de Queimada Grande y el continente. Estas serpientes quedaron atrapadas y solo podían alimentarse de aves migratorias de gran tamaño. De ahí que, fruto de la evolución, fueron desarrollando un veneno muy poderoso para poder cazar a sus presas y sobrevivir.
Pese a tratarse de un lugar tan peligroso y estar prohibida su entrada, el gobierno brasileño lo declaró Área Relevante de Interés Ecológico. No obstante, no existe otro igual en el mundo.
Curiosamente, la isla llegó a estar habitada a principios del siglo XX por un farero. El faro aún se conserva, aunque fue sustituido después por uno automático. También se desarrolló un plan para crear una plantación de plátanos, aunque nunca se llegó a ejecutar por la peligrosidad del lugar.
Lamentablemente, la prohibición no impide que, en ocasiones, lleguen hasta la isla cazadores furtivos que arriesgan sus vidas para capturar algunos ejemplares. Y es que por una de estas serpientes se pueden pagar hasta 30.000 euros.
La isla ha dado lugar a un sinfín de leyendas. La más famosa cuenta que una familia entera perdió la vida al desembarcar allí y otra narra que fueron unos piratas quienes llenaron el lugar de serpientes para proteger un importante tesoro.
Como decíamos, la única forma de entrar es con un permiso científico del gobierno y se han hecho varios estudios con el veneno de estas serpientes con la idea de encontrar precisamente su antídoto.
También del veneno de la serpiente de Isla de la Queimada se obtiene una sustancia necesaria para producir captopril, un medicamento usado para aliviar los problemas de presión arterial que se comercializa en la actualidad.