Enfoque Informativo
Un nuevo estudio publicado el jueves en la revista Science ofrece esperanza señala que el mamífero marino en mayor peligro de extinción en el mundo no está condenado por una falta de diversidad genética, y puede recuperarse si la pesca ilegal con “redes de enmalle” cesa inmediatamente.
“Rechazamos la idea de que no hay esperanza, de que no se puede hacer nada para salvarlas en este momento. No es una idea exacta”, dijo la principal investigadora del estudio, jaqueline Robinson, de la Universidad de California en San Francisco.
Las vaquitas son cercanas a los delfines, con quienes comparten muchas cosas, como su gran inteligencia.
La vaquita mide alrededor de metro y medio de largo: es el más pequeño de los cetáceos.
Tímida y esquiva, es conocida por los distintivos círculos negros que rodean sus ojos y sus relativamente amplias aletas dorsales, que se cree que les ayudan a disipar el calor en su cálido hábitat.
El número de vaquitas marinas se vio diezmado en el Siglo XX porque solían resultar accidentalmente atrapadas y ahogarse en redes de enmalle: largos muros de redes colgadas en aguas abiertas para atrapar pescados y camarones.
Los pescadores buscaban sobre todo totoabas, un gran pez del tamaño de la vaquita, cuya vejiga natatoria es apreciada en la medicina tradicional china.
La totoaba también está en peligro y su pesca es ilegal, pero no siempre se respeta la prohibición.
Se desconoce la abundancia histórica de la vaquita, pero al momento del primer estudio, en 1997, solo quedaban 570.