La junta de gobierno del Banco de México (BdeM) manifestó su preocupación en torno a los altos niveles de inflación que persisten en el país y a la contracción de la economía durante el tercer trimestre del año.
En las minutas de última decisión de política monetaria en la que el banco central incrementó en un cuarto de punto porcentual la tasa de referencia para dejarla en 5 por ciento, todos los miembros mencionaron que las presiones inflacionarias globales e internas continúan afectando a las inflaciones general y subyacente.
La mayoría afirmó que, en lo que va del año, la inflación ha resentido las disrupciones en las cadenas de producción, los incrementos generalizados en los precios de las materias primas y alimentos, así como el cambio en los patrones de consumo.
Un integrante de la junta (la minuta no identifica con nombre los comentarios) señaló que, en cuanto a las presiones externas, el reto es entender la extensión de las disrupciones en las cadenas y costos de producción, dada la expectativa de que la inflación sea menos transitoria y más difícil de revertir.
La mayoría indicó que, debido a la profunda integración económica con Estados Unidos, la mayor inflación en este país ha contribuido al repunte de la inflación en México.
Algunos comentaron que recientemente las presiones inflacionarias se han observado en una variedad de bienes y servicios y que ya no parecen reflejar solamente cambios transitorios en precios relativos.
Uno señaló que la economía se enfrenta a un fenómeno de aumentos generalizados y sostenidos dado que los precios de la mayoría de los rubros principales muestran incrementos significativos.
Respecto a la economía todos destacaron que la contracción del tercer trimestre obedeció al aumento de contagios, las disrupciones persistentes de las cadenas de suministro y el efecto de la nueva regulación en materia de subcontratación laboral sobre los servicios.
Uno comentó que aún sin contabilizar el efecto de la reforma en materia de subcontratación laboral, la economía está enfrentando un proceso de desaceleración significativo. Por su parte, otro consideró que el mal desempeño de la actividad económica refleja la fragilidad de la recuperación en México, la cual aún está lejos de completarse.
Algunos indicaron que se espera que la actividad económica retome su recuperación a partir del cuarto trimestre.
Uno detalló que esta estará impulsada por la demanda externa y la recuperación del gasto interno. Precisó que esto último estaría apoyado por los avances en la vacunación, el aumento en la masa salarial y las remesas.
No obstante, destacó que la estimación oportuna del PIB del tercer trimestre implicará una revisión a la baja para el crecimiento de todo el año.